La prohibición obligaba a los enfermos a gastar entre 600 y
1.000 euros al mes en la droga. Entre los demandantes hay enfermos de esclerosis múltiple y
otros con dolores crónicos.

La sentencia del Tribunal, calificada como
"espectacular" por la prensa germana, le dio la razón a los pacientes
que habían recurrido a la prohibición de cultivar plantas de marihuana, una
medida vetada por el Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios y
que obligaba a los enfermos a comprar la droga a precios prohibitivos –entre
600 y 1.000 euros mensuales-, un gasto que no era cubierto por los seguros
médicos.
Durante el proceso, representantes del Instituto Federal
habían advertido sobre los riesgos que implicaría la autorización para cultivar
la droga en domicilios privados, una medida que podría generar en un tráfico
ilegal, si el cultivo sobrepasaba los 100 gramos mensuales que necesitan los
enfermos.
Según la prensa, los demandantes que llevaron a juicio al
Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios eran cinco hombres de
mediana edad: dos enfermos de esclerosis múltiple, dos con dolores crónicos y
otro que padecía déficit de atención con hiperactividad. En dos casos, el
Tribunal rechazó la demanda por considerar que uno de ellos no había agotado
otras alternativas terapéuticas y en el segundo caso, porque la vivienda del
paciente se podría prestar para que terceras personas tuvieran acceso a la
droga.
La sentencia del Tribunal de Colonia volvió a revivir el
debate sobre el consumo de marihuana en el país, una medida que no está
penalizada por la ley, pero sí su venta clandestina. Berlín, por ejemplo,
legalizó hace 10 años la posesión de drogas blandas hasta un máximo de 30
gramos, al hacer suya una sentencia del Tribunal Constitucional que en 1994
había dictaminado que la posesión de pequeñas cantidades de marihuana y hachís
no debía ser considerada un delito, ni tampoco una violación a las leyes
vigentes.
En noviembre pasado, una mayoría de los concejales del
distritito de Friedrichshein-Kreuzberg aprobó la creación de coffee shops para
combatir el tráfico ilegal que ha convertido el popular parque Görlitzer en el
mayor mercado de venta de drogas de la comunidad. La decisión del distrito fue
rechazada por el Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios. Un mes
más tarde, el país conoció la más reciente iniciativa para legalizar el
cannabis, cuando un grupo de distinguidos académicos, liderados por Lorenz
Böllinger, profesor emérito de Derecho Penal en la Universidad de Bremen,
pidieron al Gobierno un cambio radical en la política antidroga, que consideran
poco apta para enfrentar la realidad actual, fracasada y dañina para la
sociedad.
"Es absolutamente absurdo catalogar como criminales a
las personas que consumen marihuana. La persecución ocasiona costes enormes, la
marihuana se mezcla con sustancias dañinas en el mercado negro y el Estado deja
de ingresar millones en concepto de impuestos", dijo el profesor Böllinger
a EL PAÍS, fue cuando dada a conocer la iniciativa La primera meta de los
académicos es conseguir que se cree una comisión especial en el Bundestag, que
debe ocuparse de estudiar los pro y los contra de la actual ley y analizar las
posibles consecuencias que tendría una hipotética legislación de drogas
blandas. "El ejemplo a seguir es Uruguay", dijo el profesor
Böllinger.
Fuente: El País