A través de la Guardia
Urbano, la Municipalidad local comenzará a realizar los controles para detectar
a personas que conducen bajo los efectos de psicofármacos y otros medicamentos.
Algunos profesionales pusieron reparos a la decisión. Los mismos se harán con
un aparato homologado por la ANMAT.
A mediados de julio, la Municipalidad de Bahía Blanca
adquirió un aparato para realizar controles a conductores, para detectar el
consumo de algunos medicamentos que pueden afectar la capacidad de manejar.
Esto generó dudas y algunas quejas por la implementación de este sistema,
incluido en la ley nacional de tránsito. Pese a las quejas, esta semana las
autoridades de la comuna ratificaron que se comenzarán a realizar los
controles, que estarán a cargo de la Guardia Urbana. Los psicofármacos, los
tratamientos que podrían hacer que las personas no puedan conducir
correctamente, y serían multados por estos controles.
Los controles le apuntan al consumo de psicofármacos como
Rivotril, Trapax, Valium, Alplax o Lexotanil, que según la comuna no permiten
conducir un vehículo en condiciones normales. Por eso, en Bahía Blanca se
realizarán controles en la vía pública para detectar estos medicamentos, a
cargo de la Guardia Urbana. Según lo confirmó el titular de esta fuerza,
Federico Montero, la ley 24.449 de Tránsito establece que “queda prohibido
conducir habiendo consumido estupefacientes o medicamentos que disminuyan la aptitud”.
La letra fría de la norma no diferencia entre medicamentos
recetados o autoprescriptos. “El médico receta el medicamento, pero no que la
persona salga a manejar”, aseguró Montero al diario La Nueva Provincia. El
equipo que se usará en estos controles es un Drager DrugTest 5000 y permitirá
detectar la presencia de drogas a partir de la toma de una muestra de saliva,
la cual es analizada en el lugar del operativo y determina de inmediato la
presencia de alguna sustancia indebida. La metodología similar a la utilizada
en las pruebas de alcoholemia. El procedimiento está homologado por la
Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT),
lo cual garantiza, de acuerdo con lo indicado por el municipio, la validez de
las multas.
“El 18 por ciento de los hechos con conductores heridos de
gravedad corresponde a personas con algún tipo de droga en su cuerpo”,
comentaron desde la comuna. “El objetivo es evitar que manejen aquellas
personas que consumieron drogas que alteran las condiciones normales de una
persona y lo vuelven peligroso para sí mismo y para quienes circulan por la vía
pública. Conducir con drogas es tan ilegal como hacerlo con exceso de alcohol”,
manifestó el gobierno local.
Pero la decisión de la comuna del sur bonaerense generó
reparos en algunos especialistas. Profesionales de la psiquiatría y la clínica
médica consultados por el mismo medio coincidieron en señalar que, si bien en
general se recomienda no conducir cuando se consume algún medicamento que
genere somnolencia o altere las condiciones del sistema nervioso, “existen
casos de personas que siguen determinados tratamientos e igual se encuentran en
condiciones de manejar a pesar de ese consumo. En esos casos es habitual que
dispongan de un certificado médico que los avale”.
En referencia al control que se hace con los equipos de la
Guardia Urbana, mencionaron que la existencia de algún derivado de la
benzodizepina en el cuerpo no significa necesariamente estar incapacitado para
conducir o no tener un buen estado físico. "Cada caso tiene su cuadro
propio, no sigue criterios matemáticos. Nadie puede hacer una lectura certera
de la situación cuando detecta la presencia de los mismos".
La semana pasada, desde el Colegio de Farmacéuticos de Bahía
Blanca pidieron campañas informativas, ante el desconocimiento de la gente.
“Una persona que toma un ansiolítico no puede manejar y por ahí no lo sabe. No
hablemos de que además se toma un relajante muscular, un antialérgico y para
rematar unas gotas para los ojos. Esa persona no está en condiciones de
manejar”, explicó Silvia Godoy, presidenta del Colegio al mismo diario citado.
Si bien al hablar de drogas se piensa en marihuana y
cocaína, el equipo utilizado por los inspectores detecta también la presencia
de sustancias derivadas de la benzodiacepina, la anfetamina y la metanfetamina.
La primera de ellas es la más abarcativa, como parte de medicamentos que
trabajan sobre el sistema nervioso, y se aplica en terapias relacionadas con
casos de ansiedad, insomnio, estados de pánicos, entre otros.
Lo más importante es que se han convertido en pastillas de
consumo creciente a partir de la automedicación y la necesidad de enfrentar el
estrés diario. “El efecto residual de esas pastillas en el cuerpo es de unas 8
horas. Lo recomendable es que durante ese lapso la persona no conduzca, ya que
en caso de ser sometido al test dará positivo”, explicó un profesional de la
salud.
Las drogas derivadas de la benzodiacepina son las terminadas
en "zolam" y "zepam", por caso Alprazolam, Midazolam,
Oxazolam, Diazepam, Clonazepam y Bromazepam. La gente las identifica a partir
de sus nombres comerciales, los más promocionados mencionados más arriba.
Asimismo, se pueden sumar Dilamet, Nervistop, Sidenar, Calmatron, Plidan,
Serenal, Dormicum, Alprazol y Talinop, entre tantos. Algunos son utilizados
como ansiolíticos o en procesos ligeramente dolorosos, funcionando como
relajante esqueletomuscular y con propiedades sedativas.
Fuente: Mirada Profesional