Afirman que es el punto de equilibrio entre la calidad
ovárica de la mujer y el desarrolló profesional personal.

Desde el 90, la ciudad de Buenos Aires está por debajo del
nivel de reemplazo generacional (menos de dos hijos por mujer). Desde entonces
también la edad media de la mujer que tiene hijos sube sin parar: desde 2013
supera los 30 años. La cúspide de la curva de fertilidad de las porteñas se
ubica en el grupo de 30 a 34 años. Y del 90 a hoy se duplicaron las madres
mayores de 40: pasaron de 3,2% al 6,5%.
Para Sergio Pasqualini, al frente del Instituto Médico
Halitus, 25 años es perfecto para tener el primer hijo. “A esa edad la mujer ya
tiene un camino recorrido, tiene experiencia, es madura, y le da tiempo también
después para seguir teniendo más hijos si lo que busca es tener una familia
grande”. Entre los argumentos del especialista están los que tienen que ver con
la salud y el buen estado físico de esa edad: “Entre los 25 y los 30 años la
mujer está perfecta, y la verdad es que lo ideal es tener hijos de joven.
Después de los 40 años hay muchos riesgos, la naturaleza es sabia. Muchas
mujeres vienen a vernos para tratar de tener un hijo después de los 40 años
pero es difícil y muchas veces no vale la pena insistir”, agrega Pasqualini.
Tan convencido está que, aclarando que dirá algo fuerte,
asegura que una mujer que quiere ser madre, ya pasó los 30 y no tiene pareja,
lo mejor es que vaya a un banco de semen. Paralelamente, sugiere hacerse un
estudio para evaluar la reserva ovárica (que empieza a caer partir de los 30) y
así poder tomar decisiones a largo plazo, ya que hoy se pueden congelar los
óvulos. “Hoy hay muchas posibilidades y estudios para hacer y planificar la
maternidad con tiempo, no hay que dejarse estar porque después ya es tarde”,
concluye.
El director del Cegyr, Sergio Papier, sostiene que lo ideal
es tener hijos antes de los 35 años. “Son varios los factores a tener en cuenta
para hablar de la maternidad ideal. Hay que pensar en lo obstétrico, en lo
genético, en lo psicológico y en lo social. Desde lo genético hablamos de edad
reproductiva avanzada después de los 35 años, ya que es cuando empieza a bajar
la tasa de embarazos, aumentan las pérdidas de embarazos, baja la calidad de
los óvulos, los embriones no se implantan con tanta facilidad, hay más abortos
espontáneos y crecen las anomalías cromosómicas”.
Papier hace referencia a algunos estudios científicos de embriones:
en los de mujeres menores a 35 años el 30% pueden tener anomalías, mientras que
a los 38 años el 60% son defectuosos y a los 42 el 90% lo son. Explica también
que los 44 años es el límite para los tratamientos de fertilización asistida
con óvulos propios, luego, habrá que recurrir a la ovodonación o a la donación
de embriones.
“Resumiendo –explica Papier–, entre los 20 y los 35 la mujer está
perfecta desde lo físico y lo genético. De todas maneras, los nuevos estudios
marcan la edad ideal a los 32 años, ya que dicen que entonces empieza a bajar
la calidad ovocitaria”. El especialista suma que a esa edad la mujer terminó de
estudiar y está bien plantada en su profesión, lo que ayuda a ser madre. Cuenta
que hace poco la revista Fertility and Sterility publicó un estudio que asegura
que los hijos de padres mayores muestran mejores aspectos cognitivos porque han
sido más estimulados”. En cuanto a lo obstétrico Papier explica que las
complicaciones de llevar un embarazo empiezan a los 40, con la diabetes
gestacional e hipertensión.
Carlos Carrere, de Procrearte, sorprende con su respuesta:
“La edad ideal para ser madre es cuando la mujer tiene el deseo de serlo, y hoy
claramente muchas mujeres postergan ese momento porque privilegian otras
cosas”.
“Lo que debe tener en cuenta una mujer que quiere ser madre
después de los 40 –advierte– es que a lo mejor va a tener que recurrir a la
donación de óvulos por un tema genético. Sólo un embrión de cada 3 a esa edad
es normal. Y después de los 43 años, sólo uno de cada 5. Lo obstétrico no tiene
tanto que ver con la edad sino más bien con su estado. Si es una mujer obesa,
si es diabética, hipertensa... Pero yo insisto: lo ideal es el deseo”.
Fuente: Clarín