El deterioro de su infraestructura se
agravó tanto que hoy harían falta más de 6 mil millones de pesos para revertir
la situación.
“La situación
edilicia de nuestro espacio laboral ha llegado a un punto límite que no nos
permite continuar en su interior. La instalación de gas tiene pérdidas; la
eléctrica está en corto; los ascensores no funcionan y tiene puertas que se
abren al vacío; hay infestación de roedores e insectos debido a ventanas rotas
y sin mosquiteros; y existe un sinnúmero de otras averías que ponen en riesgo
la salud de los pacientes y del personal hospitalario que trabaja aquí. Estos
reclamos ya fueron presentados en todos los estratos de jerarquía desde hace
tiempo sin ninguna respuesta”…
Si lo que revela la denuncia anterior -presentada por
profesionales de la terapia intensiva del Pabellón de Quemados del Hospital San
Martín al Colegio de Médicos de La Plata- resulta ya de por sí alarmante porque
se refiere a un área de cuidados intensivos, sería necesario multiplicarla por
cien para hacerse una idea del panorama general. Así de crítico es el estado en
que se encuentra hoy la infraestructura hospitalaria bonaerense, según
reconocen desde el propio ministerio de Salud.
Un relevamiento hecho por las autoridades de esa cartera
tras el cambio de gestión concluye que el 75 por ciento de los hospitales
provinciales se encuentra en una situación edilicia “muy crítica”. Y señala que
entre los 57 establecimientos que entran en esa categoría, hay 13 que
“requieren intervenciones urgentes” y 4 que “directamente deberían hacerse de
nuevo”: el Alejandro Korn de Romero, el Vicente López de General Rodríguez, el
Meléndez de Adrogué y el Cabred de Open Door.
Mientras que a lo largo de los últimos años se construyeron
nuevos pabellones en algunos hospitales y se inauguraron ocho Unidades de
Pronta Atención, el deterioro general de la infraestructura hospitalaria de la
Provincia se fue acentuando a tal punto que para revertir la situación hoy
sería necesario invertir más de 6 mil millones de pesos, una suma que el
ministerio de Salud bonaerense reconoce no estar en condiciones de afrontar.
Apenas "la cara visible"
“Teníamos un diagnóstico previo a nuestra asunción, pero lo
que encontramos fue más severo –asegura la ministra de Salud bonaerense, Zulma
Ortiz-. De los 77 hospitales provinciales, 57 requieren inversión en
infraestructura. Entre ellos hay 13 que requieren intervenciones urgentes y 4
que directamente deberían hacerse de nuevo: el Alejandro Korn de Melchor
Romero, el Vicente López y Planes de General Rodríguez, el Meléndez de Adrogué
y el Domingo Cabred de Open Door. Si se hiciera una clasificación de 0 a 4 (4
como lo más crítico) tenemos 32 hospitales en situación 3. Estamos hablando una
inversión de más de 6 mil millones de pesos para dar respuesta a esta
situación”.
Semejante suma, como reconoce la ministra, se halla muy
lejos de lo que su cartera puede afrontar hoy. “Hay 17 proyectos que entraron
para infraestructura este año con una inversión superior a los $ 380.000.000,
pero realizar una inversión de esas características es realmente muy difícil en
este momento. Además, tenemos que revisar particularmente los casos del Melchor
Romero y el Open Door, porque son neuropsiquiátricos, donde la tendencia es que
los pacientes internados sean externados y tengan un tratamiento de inserción
social”.
“El estado catastrófico en que están los hospitales es
producto de un deterioro sistematizado que viene desde hace muchísimos años por
falta de inversión”, coinciden en señalar desde el Colegio de Médicos de La
Plata, donde aseguran sin embargo que se trata apenas de “la cara visible de
una situación más grave aún”. Y es que en ella “confluyen con la ruina de los
edificios, la interrupción en el suministro de insumos, el cierre de servicios
clave por falta de recursos humanos y la caída de los salarios de los médicos”;
en suma, un conjunto de factores que están conduciendo al sistema público de
salud hacia su implosión.
Un deterioro mayor
“Lo que uno encuentra hoy es que si bien en los últimos años
se han inaugurado varias UPAs (Unidades de Pronta Atención) y se han construido
pabellones nuevos en algunos hospitales, esas mejoras conviven, incluso en los
mismos edificios, con servicios y áreas que están en ruinas, como ocurre en el
Hospital de Niños, en el Gutiérrez o en el propio San Martín”, señala Jorge
Mazzone, el presidente del Colegio de Médicos de La Plata.
A su vez, “muchas de esas estructuras nuevas que se
construyeron no están cumpliendo la función que deberían porque carecen del
recurso humano necesario para funcionar –agrega Mazzone-. Ocurre que además del
déficit de enfermería, que es un problema general, hay varias especialidades
médicas como la cirugía infantil, la pediatría, la neonatología y la terapia
intensiva en la que ya no se consigue gente que quiera trabajar en el sistema
público de salud”.
Para el presidente del Colegio de Médicos, la causa de ese
desinterés “es fácil de entender”. “Entra la escasez de personal de enfermería,
la falta de insumos por la rotura en las cadenas de pago, la ausencia de
medidas de seguridad y el estado lamentable de la infraestructura edilicia, los
médicos terminan poniendo el cuerpo y cumpliendo funciones que no les
corresponden con un enorme costo personal que nadie reconoce hoy”.
Es así que “mientras que hace veinte años los médicos se
peleaban por entrar a las residencias hospitalarias, hoy tenés muchas
especialidades donde las vacantes de residencia no se llegan a cubrir. Las
nuevas generaciones de profesionales saben que un jefe de sala con veinte años
de carrera hoy cobra 17 mil pesos de sueldo en un hospital público y no tiene
ningún reconocimiento: es lógico que no quieran trabajar ahí”, dice el
presidente del Colegio al señalar, junto a otras entidades profesionales, que
el deterioro edilicio de los hospitales es apenas una expresión de un deterioro
mucho mayor.
Fuente: El Día (La Plata)