La salud digital es un gran negocio. Pero también despierta
muchas dudas.
Consiste en utilizar la tecnología para ayudar a prestar
asistencia sanitaria. Incluye, entre otras cosas, las aplicaciones de salud y
los microchips implantados.
Se espera que en 2024 el mercado de la salud digital tenga
un valor de US$379.000 millones en todo el mundo, un salto más que considerable
comparado con su valor en 2017: US$71.000 millones, según la consultora Global
Market Insights.
Pero esta notable expansión también ha causado preocupación:
¿podría la tecnología que promete mejorar la vida de los usuarios usarse en su
contra?
Se estima que en Google Play y Apple Store hay más de
200.000 aplicaciones de salud disponibles.
"A través de sensores, dispositivos de rastreo y otras
herramientas de recolección de datos, podemos identificar tendencias, anomalías
u otros factores ambientales o físicos que podrían afectar la forma en que
tratamos y gestionamos las enfermedades, y en última instancia, mejorar la vida
de las personas", afirma John Bardi, vicepresidente de desarrollo de
negocios de medicina digital de la compañía farmacéutica Otsuka.
"Pero esa promesa conlleva una enorme
responsabilidad".
Las dudas van desde la ética hasta la seguridad de los
datos. Pero, ¿cómo podrían perjudicarte estas aplicaciones?
1. Podrías terminar pagando más por tu seguro de vida
En septiembre pasado John Hancock, una de las compañías de
seguros más grandes y antiguas de América del Norte, causó un gran revuelo.
La compañía anunció que a partir de ahora trabajaría solo
con pólizas "interactivas", que controlan la condición física y los
datos de salud a través de dispositivos wearable (los que se incorporan a la
ropa, por ejemplo) y teléfonos inteligentes.
Explicaron que recompensarían a los clientes que llevaban
estilos de vida más saludables con descuentos y obsequios. Se basaron en
estadísticas que muestran que los titulares de pólizas interactivas viven entre
13 y 21 años más que otras personas aseguradas.
Pero algunos expertos en seguros advirtieron de que esta
decisión podría hacer que las aseguradoras utilizaran los datos obtenidos para
castigar a los clientes que no cumplieran con los objetivos, e incluso cobrar
más a aquellos que optan por las pólizas interactivas.
Sin embargo, la compañía aseguró que lo que impulsó las
pólizas interactivas obligatorias fue la demanda de los clientes: el uso del
seguimiento de datos sobre salud había aumentado más del 700% en los últimos
tres años, según ellos.
"Durante siglos, el modelo de seguros proporcionó
protección financiera a las familias después de la muerte, sin mejorar la
calidad de vida", afirmó Marianne Harrison, presidenta y CEO de John
Hancock, en un comunicado.
"Creemos que las aseguradoras deben preocuparse por el
tiempo y la calidad de vida de sus clientes. Con esta decisión, nos sentimos
orgullosos de convertirnos en la única compañía de seguros de vida de EE.UU.
que se basa exclusivamente en la salud según los hábitos de vida y deje atrás
la antigua forma de hacer negocios".
2. Tu dispositivo podría estar espiándote
Millones de personas con problemas respiratorios como la
apnea del sueño utilizan unas máquinas que son costosas y que los sistemas de
salud pública no necesariamente suministran.
En noviembre, una investigación realizada por la radio
estadounidense NPR descubrió que algunas compañías de seguros de salud
proporcionaban estas máquinas interactivas a los pacientes para que les
enviaran datos del uso que hacían de ellas. Así, eventualmente podían negar la
cobertura a usuarios que no cumpliesen con los requisitos.
Pero el especialista en datos alemán Christian Bennefeld
advierte de que a las empresas no les hace falta llegar a esos extremos para
monitorear a las personas.
Un estudio realizado por su compañía, eBlocker, descubrió
que los sitios web de la industria de la salud ya espían la actividad de
navegación de los clientes gracias a los programas de seguimiento de internet.
"El problema es que muchos usuarios no saben que esta
información es monitoreada, incluso cuando consultan un sitio web médico en
busca de consejo y realizan una búsqueda de términos como cáncer, por
ejemplo", dijo Bennefeld a la BBC.
3. Podrías tener la tentación de autodiagnosticarte
Hace muchos años que hay disponible 'online' mucha
información sobre síntomas y enfermedades gratuitamente.
Sin embargo, con una tecnología cada vez más sofisticada los
pacientes disponen de una serie de herramientas que les permiten escanearse e
incluso realizarse pruebas genéticas.
Incluso organismos públicos como el Servicio Nacional de
Salud de Reino Unido cuentan con aplicaciones con asistentes virtuales para
ayudar a filtrar las consultas.
Sin embargo, un estudio realizado en 2016 por Sociedad
Farmacéutica Real mostró que más de la mitad de los adultos británicos utilizan
internet en lugar de ir al médico.
Además, una encuesta de la compañía de investigación Mintel
concluyó que era probable que cada vez más jóvenes confiaran en la información
sobre salud que encontraban 'online' más que en los médicos o farmacéuticos.
Y eso a pesar de las advertencias de las autoridades
sanitarias: el British Medical Journal analizó 23 sitios web relacionados con
la salud y concluyó que su diagnóstico fue correcto en solo el 34% de los
casos.
4. Podrían hackearte
Una de las mayores preocupaciones en cuanto a la salud
digital es la gran cantidad de datos obtenidos de los pacientes.
¿Son vulnerables a las filtraciones que se repitieron en la
última década?
Hasta ahora, la lista de las mayores filtraciones de datos
de todos los tiempos no incluye a ninguna empresa vinculada a la industria de
la salud.
Pero a principios de este año unos hackers entraron en la
base de datos de salud del gobierno de Singapur y recolectaron datos personales
de 1,5 millones de personas, aproximadamente un cuarto de la población del
país.
5. Puedes ser víctima (o no) de un algoritmo sesgado
Los entusiastas de la medicina digital argumentan que la
tecnología llevará a una atención médica cada vez más personalizada.
Pero muchos creen que también puede llevar a situaciones
incómodas para los pacientes.
Y eso se debe al sesgo del algoritmo, que se da cuando un
sistema informático refleja los valores implícitos de los seres humanos que
participan en su construcción.
Una serie de estudios sobre el uso de la inteligencia
artificial destacan la necesidad de una representación más amplia en los
equipos de desarrolladores, así como en los datos.
El organismo británico independiente Nuffield Council on
Bioethics aseguró: "La inteligencia artificial podría funcionar peor
cuando los datos son escasos o difíciles de recopilar digitalmente. Esto podría
afectar a las personas con enfermedades raras u otras personas que están poco
representadas en los ensayos clínicos y los datos de investigación, como los
negros, los asiáticos y las poblaciones de minorías étnicas".
6. Puede que, después de todo, no te aporten ningún
beneficio
Los estudios sobre el éxito de la salud digital han
producido resultados variados.
Un ejemplo es un artículo de la Universidad Virginia
Commonwealth que relaciona la tecnología que ayuda a contar calorías y a hacer
deporte con trastornos de la alimentación.
Por otro lado, algunos estudios en el Reino Unido mostraron
que se habían reducido los ingresos y las visitas domiciliarias entre los
pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
A principios de este año, un estudio de la Universidad de
Bond, en Australia, reveló que solo se habían analizado 23 aplicaciones de
salud y bienestar bajo los más altos estándares académicos, y que solo una
funciona: GetHappy.
Hay un caso curioso en este sentido. Se trata de una
aplicación desarrollada por el gobierno sueco para frenar el consumo de alcohol
entre estudiantes universitarios (Promillekoll), que al final hizo que los
estudiantes varones bebieran más, según un estudio publicado por la revista
Addiction Science and Clinical Practice.
7. Podrías obtener lo contrario de lo que querías
Con más de 700.000 usuarios de 200 países distintos, Natural
Cycles es una aplicación reconocida como el primer "anticonceptivo
digital" certificado del mundo. Utiliza un método libre de hormonas basado
en ciclos reproductivos e incluso fue aprobada por la Administración de
Medicamentos y Alimentos de EE.UU.
Sin embargo, la aplicación y la compañía están en el punto
de mira desde julio, cuando comenzaron a aparecer casos de embarazos no
deseados.
Las autoridades sanitarias suecas informaron en enero que 37
de los 668 abortos practicados en un hospital de Estocolmo eran de mujeres que
habían usado la aplicación.
En agosto, la Autoridad de Estándares de Publicidad del
Reino Unido prohibió un anuncio de Natural Cycles en Facebook asegurando que
exageraba la efectividad de la aplicación.
"Ningún método anticonceptivo es efectivo al 100%, y
los embarazos no deseados son un riesgo con cualquier anticoncepción",
dijo la compañía en un comunicado en agosto.
Natural Cycles asegura que los ensayos clínicos mostraron
que su tasa de efectividad es del 93%. Lo corroboró independientemente la
Agencia Sueca de Productos Médicos, que autorizó el uso de la aplicación.
Pero la agencia solicitó igualmente a Natural Cycles
"que explicitase el riesgo de un embarazo no deseado en las instrucciones
de uso y en la aplicación, para que los usuarios puedan tenerlo en
cuenta".
También declaró que "seguirá los embarazos no deseados
y controlará que no hay una desviación respecto a la cantidad esperada según la
evaluación clínica".
"Empatizamos con todas las mujeres que experimentaron
embarazos no deseados y entendemos que es una situación difícil. Sin embargo,
el número (de embarazos registrados en el hospital) coincide aproximadamente
con la cantidad de usuarios que tenemos en Estocolmo, es decir, el 5% del
mercado. Concuerda con lo que esperamos de la aplicación", dijo a la BBC
Radio 5 la directora técnica de Natural Cycles, Elina Berglund.
Fuente: BBC News