El Gobierno habilitó el incremento para que
las empresas pudieran afrontar el alza que pedían sus prestadoras. Así logró
desactivar un paro. No sería el último aumento del año.
El paro que tenían previsto realizar las clínicas y
sanatorios privados entre mañana y el jueves finalmente quedó freezado, aunque
a cambio de esto el Gobierno autorizó una suba del 9,5% en las tarifas de la
medicina prepaga, a partir de las cuotas del mes próximo.
Los prestadores de las empresas de salud habían advertido
que, en caso de que sus clientes (las prepagas, obras sociales y el PAMI) no
habilitaran una suba en sus precios, durante 48 horas se paralizaría la
atención de sus pacientes.
El lunes por la noche, la Superintendencia de Servicios de
Salud (SSS) mantuvo un encuentro con las partes involucradas en el conflicto, y
accedió a que las prepagas subieran sus cuotas.
Según confiaron a El Cronista fuentes del sector de las
clínicas y sanatorios, esto no resuelve nuestros
problemas pero al menos es un indicio de que hay iniciativa para negociar.
Por esto, los empresarios hablan de un freno de la medida de fuerza que debía comenzar hoy aunque la posibilidad quedará abierta en caso de que las tratativas se vuelvan a trabar.
El reclamo original de las empresas era de un incremento en
las tarifas del 26%, similar al aumento que acordaron para los salarios de los
trabajadores de Salud.
El mayor conflicto estaba dado con las empresas de medicina
privada, que son quienes deben recibir el visto bueno del Gobierno para
aumentar sus tarifas. Según ellas, la única forma de pagarles más a sus
prestadores.
En el caso del PAMI, por ejemplo, se firmó a comienzos de
esta semana una recomposición de las tarifas que reciben los prestadores, que
alcanzó a un 26%, por lo que los afiliados a esa obra social no sufrirán los
efectos del paro.
Lo mismo ocurrirá con la gran mayoría de las obras sociales.
Con algunas ya se acordaron subas de entre el 23% y el 26%,
dependiendo de cada caso. Incluso, con otras se impuso un desdoblamiento de los
incrementos.
Uno de los datos más llamativo que tenía la medida de fuerza
era que también se había comprometido la atención en clínicas como Los Arcos y
Trinidad Mitre, de las que son dueños las propias empresas de medicina privada.
Previo al acuerdo con la Superintendencia de Servicios de
Salud, el titular de la Cámara de Instituciones Médico Asistenciales de la
República Argentina (Cimara), Federico Díaz Mathé, había advertido sobre la situación
financiera por la que atraviesan las empresas de medicina privada.
Es muy complicada y preocupante, sostuvo.
Los 12 meses en los que
consideramos los aumentos de cuotas son los que corresponden al año paritario
que abarca de agosto de un año a julio del año siguiente, y lo que nosotros
aumentamos fue un 8% en mayo, que corresponde a febrero y a la paritaria del
año anterior, explicó el
directivo.
De haberse llevado a cabo, el cese de actividades hubiera
afectado a 4,9 millones, la cantidad de afiliados con los que hoy cuenta el
sistema privado de salud.
Fuente: El Cronista