jueves, 20 de marzo de 2014

Entre Ríos: la provincia sigue sin adherir a la ley de fertilización asistida

Click para AmpliarEl Congreso sancionó el 26 de junio de 2013 la Ley Nacional de Fertilización Asistida, que obliga a las obras sociales y a las prepagas a costear el 100 por ciento de los tratamientos, pero en Entre Ríos se está bastante lejos de garantizar la plenitud de derechos. 

Es que la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley por el que la provincia adhiere a la norma, pero Senadores planteó modificaciones que generaron controversia en diversos sectores. El autor de la iniciativa, el senador Eduardo Melchiori, habló de introducir cambios en la ley entrerriana. Esto motivó la reacción de la ONG Sumate a Dar Vida que cuestionó la postura y el rechazo también se plasmó a través de una colecta de firmas en la plataforma Change.org. 

Se teme que el proyecto avance en la Cámara Alta, dejando “desprotegidos a muchos entrerrianos”, advierte el texto de la iniciativa. En torno a la discusión, también se atendieron sugerencias del Instituto de la Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper), debido a la preocupación que había por el alcance efectivo que tendría la norma y las dudas respecto de la forma en que se iban a financiar los tratamientos.

Preservar el recurso financiero en beneficio del conjunto de los afiliados constituye una de las premisas aplicadas por el Iosper. Bajo esa lógica se brinda un amplio abanico de prestaciones y una de las más solicitadas es la consulta de parejas con incapacidad para concebir. Debido a la creciente demanda, desde 2009 se brinda cobertura a través de un programa que se rige bajo determinados parámetros. Sus autoridades explicaron el mecanismo utilizado para autorizar los procedimientos, teniendo en cuenta la variedad de diagnósticos y la complejidad de cada uno. La Ley 26.862 es lo suficientemente clara como para evitar cualquier confusión. Y lo más importante es que a partir de su promulgación se incorporan los tratamientos de fertilización asistida al Programa Médico Obligatorio (PMO), lo que equivale a un marco legal que obliga a las obras sociales y a las prepagas a no poner ninguna objeción cuando una pareja solicite este tipo de prácticas. El Iosper, y al no estar adherida la Provincia a la norma nacional, decidió acotar las prestaciones en función de tener un mejor control de sus arcas.

Desde 2011, Claudia Abrile tiene a su cargo la autorización de los procedimientos. Señaló que solamente se autoriza a iniciar un tratamiento a mujeres “hasta los 40 años”. Negó que esa limitación “sea caprichosa”, ya que entiende: “Tiene que ver con la posibilidad de la mujer, en función de que va a avanzando en edad. Cuanto mayores nos ponemos, más complicado es, no solo para lograr un embarazo, sino después sostenerlo”, indicó.

“El segundo coto es haber tenido hijos previamente. El espíritu de la obra social cuando puso la fertilización asistida dentro del menú prestacional era darle la posibilidad a las mujeres que nunca pudieron ser madres. En esta cuestión de tener que manejar recursos, ¿cómo hacés para que todos puedan acceder? Tenemos una obra social solidaria donde todos tenemos que aportar para recibir la parte que nos corresponde”, analizó en diálogo con Uno.

No es la única restricción incluida en el programa diferenciado destinado a atender este tipo de situaciones. Una disposición interna impide recurrir a técnicas de fertilización con el uso de óvulos de donantes y el uso de esperma heterólogo, el esperma que no pertenece a la pareja. “Es una discusión con respecto a la identidad de la persona, no está del todo definido qué pasa con el hijo concebido a través de un donante, no solamente por una cuestión de identidad. Tenés que pensar que el hijo bajo esos parámetros puede presentar una patología determinada. Tenés que saber dónde buscar el origen de ese niño, en el caso de que surja una patología congénita. Es mucho más complejo de lo que la gente que viene a buscar esta solución cree. No lo termina de entender en su necesidad de ser padre”, reflexionó Abrile.

La decisión de no causar un impacto negativo en la distribución de los recursos puso a la obra social en un verdadero dilema. Es el que se da entre los afiliados dispuestos a aceptar que se niegue un determinado tratamiento y aquellos que tozudamente la pelean para que se revierta esa medida.

“Estás manejando recursos, y no tenés solo como patología la infertilidad, sino que hay otras que necesitan de muchos recursos. Y que llevan mucho dinero en medicación. No podemos extendernos tanto, no por no entender el problema que significa la infertilidad, sino por darle a cada patología el lugar que corresponde”, agregó la directiva.

En torno a la misma cuestión opinó el gerente de Prestaciones, Fernando Cañete. En su análisis la incapacidad para concebir “es una patología que es cubierta con los mismos recursos que son utilizados para aquella persona que tiene problemas oncológicos. Los recursos dentro de la obra social se distribuyen de acuerdo a los planes”.

Estadísticas

En lo que va de 2014, el Iosper recibió 36 consultas de parejas que tienen pensado encarar tratamientos con métodos de reproducción asistida. En tanto, en 2013 se autorizaron 111 solicitudes para iniciar el camino hacia el sueño de agrandar la familia. “Cuando empezamos a brindar cobertura en el 2009 tuvimos 18 intentos. Y fuimos aumentando hasta llegar a 111 el año pasado”, explicó Abrile, y puntualizó en que la mayoría de los casos “nuclea a parejas que necesitan tratamientos de alta complejidad. Siempre han sido muy pocas las solicitudes de baja complejidad. Pedimos antecedentes de los pacientes, que es la demostración de la necesidad del método, y la mayoría son patologías bastantes severas”.

Sobre el valor que tienen los procedimientos de mayor complejidad se indicó que están incluidos dentro de un sistema modulado. Se ofrece una cobertura con un tope de 28.400 pesos del valor de una fertilización asistida y que puede variar según el centro al que sean derivados los pacientes. Se atienden casos en institutos especializados de Paraná, aunque por la complejidad del tratamiento algunos médicos inician las pruebas en la capital entrerriana y “por no tener la infraestructura trasladan a los pacientes a Rosario o Buenos Aires. Por lo general, los tratamientos están costando entre 30.000 y 45.000 pesos”, dijo Abrile. Se resaltó que la medicación empleada es un factor que incide en el costo de las prácticas.

“En 2012 sobre 89 intentos tuvimos 5 embarazos. Pero en realidad la efectividad ronda el 20 por ciento en los centros de fertilización. Nosotros deberíamos hacer una comparación de cuántas pacientes nuestras concurren a un determinado centro y el centro debería darnos la estadística, para conocer si ellos mantienen la efectividad. Nuestras estadísticas no coinciden con la efectividad real, porque corresponde al número de pacientes que viene a realizarse la fertilización y sobre estas pacientes nosotros determinamos cuántas quedan embarazadas, que no es la misma tasa de efectividad que el centro que las realiza”, reseñó.

El protocolo también fija una limitación en la cantidad de intentos: “Reconocemos cuatro, dos de Fecundación In Vitro y dos de ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoide)”, enfatizó Cañete. Según Abrile “la ley nacional habla de tres intentos de alta complejidad sin distinción, separados de tres meses cada uno, y ahí queda. Lo que no se termina de entender en la ley es si habla de tres intentos de por vida o seis intentos anuales”. Se informó que solamente hubo dos solicitudes de parejas del mismo sexo. “Dos parejas igualitarias vinieron a pedirnos que le cubriéramos la fertilización asistida”, recordó.

En cuanto al debate legislativo todavía pendiente en el Senado, Cañete opinó: “Apelamos a la racionalidad y a una actitud criteriosa de los legisladores, porque nos involucra tanto a nosotros como sistema de salud, como a Salud Pública. Tenemos 287.000 afiliados, pero hay otra población que no tiene cobertura y que tendrá que hacerse cargo el sistema público”.

Entre 2009 y 2011, cinco parejas recurrieron a la Justicia para acceder al tratamiento de fertilización asistida, en disenso con las restricciones que aplica el Iosper.

Para todos

La Obra Social de Empleados de Comercio y Actividades Civiles (Osecac) tiene aproximadamente 90.000 afiliados en la provincia y después del Iosper es una de las mayores prestadoras de salud local. A nueve meses de la sanción de la Ley, sus autoridades enfrentaron primero la incógnita de saber cómo se financiarían los tratamientos. Despejadas las dudas, en la actualidad no existen impedimentos para las parejas que necesiten afrontar un tratamiento. “Se cumple con la norma vigente, que regula la Superintendencia de Servicios de Salud”, informó el secretario general del gremio y diputado provincial, Daniel Ruberto.

Mencionó que la cobertura que se brinda se encuentra incluida en el Programa Médico Obligatorio. “Reconocemos tratamientos de baja y de alta complejidad”, aseguró. Entre los de baja complejidad se autorizan los siguientes tratamientos: la estimulación ovárica y la inseminación intrauterina, teniendo ambos métodos el 100 por ciento de cobertura y un costo que oscila entre los 15.000 y los 20.000 pesos. Si la causa de la patología requiere un procedimiento de alta complejidad, Osecac incluye la Fecundación In Vitro convencional, (un determinado número de espermatozoides se colocan alrededor de cada óvulo, para que uno de ellos penetre y fertilice al óvulo), el ICSI (en muestras con escasa cantidad o calidad de espermatozoides, se inyecta un solo espermatozoide dentro del óvulo mediante una microscopio con micromanipulador) y la criopresevación. El valor de los tratamientos van de los 35.000 a 50.000 pesos, con una cobertura del 100 por ciento. “Lo más caro es la medicación, porque las drogas son importadas”, advirtió el legislador.

Sin estadísticas recientes sobre el nivel de demanda de los afiliados, ni el impacto económico que representa para la obra social, Ruberto aclaró: “No está reglamentado el tema de edad, aunque cada médico lo evalúa. Tenemos una demanda normal y los afiliados pueden realizar todos los intentos posibles”.

La realidad del sistema público

Las personas sin cobertura social que necesiten acceder a un tratamiento de fertilización asistida no tienen otra alternativa que recurrir al sistema público de salud. Más allá de que ya se dieron los primeros pasos, el sistema todavía requiere de una importante inversión.

En el hospital San Martín funciona el Servicio de Ginecología, aunque en lo que respecta al tratamiento de la infertilidad el avance ha sido mínimo. Uno de los médicos que se desempeña en esa dependencia, Jorge Tomasso, mencionó: “Se están implementado los medios para dar cobertura, pero aún se necesita de un equipamiento básico para atender en principio los casos de baja complejidad, como por ejemplo el método de inseminación intrauterina”. Para el profesional la posibilidad de prestar cobertura depende “de una importante inversión, pero hay decisión de las autoridades de concretarlo. Pero no existe un impedimento y tenemos el visto bueno para seguir adelante”.

El médico ginecólogo y especialista en la temática, reconoció que periódicamente se reciben consultas de parejas que desean ser padres. “Tenemos pacientes con casos de baja complejidad”. Tomasso confió que para equipar un laboratorio se necesitan “estufas especiales que actúan como incubadoras, campanas de flujo, aparatos de microscopía, un micromanipulador, lupas y otras cosas menores”. Señaló que los tratamientos más utilizados son la inseminación intrauterina, con semen heterólogo, en lo que atañe a baja complejidad. Si se trate alta complejidad, se emplean las técnicas de Fecundación In Vitro y el ICSI.

“Tiene que ser una buena ley para ser aplicable”

El debate en la Legislatura entrerriana sobre fertilización asistida sigue siendo una cuenta pendiente. Luego de la media sanción de Diputados, toda la atención se focalizó en lo que podría suceder en la Cámara alta.

El senador César Melchiori, presidente de la Comisión de Salud del Senado, volvió a ratificar su posición respecto a los cambios en el espíritu de la ley.

“Estamos con la misma idea de mantener las modificaciones que propuso la Comisión de Salud. La semana que viene me voy a reunir con ginecólogos que están en la temática, para conocer su parecer, y con representantes del área de Gineco-Obstetricia del hospital San Martín para hablar con ellos. Es para avanzar en el conocimiento e incorporar ideas. Y con eso poder trabajar en Comisión, para informarle a los pares todo lo acontecido”, manifestó.

“Me interesa conocer cómo piensan los especialistas con respecto a la ley, cuál es la casuística que ellos manejan, el grado de efectividad de esos tratamientos. Porque conocemos muy poco los casos”, acotó.

Melchiori sigue firme en su intención de revisar el contenido de la norma. “La ley cómo llegó a la provincia no va a salir, no es para sacarla sobre tablas. Tiene que ser una buena ley para ser aplicable”, razonó.

También se explayó sobre los límites que se impondrían. “Lo de los intentos fue resuelto en la Comisión y las obras sociales coinciden. Es de muy fácil comprensión, porque si una obra social lo paga, yo voy a hacer 100 intentos. La cantidad de intentos, salvo excepciones debidamente fundadas, que hay que fijarlas. Igual que el límite de edad: los resultados en personas de edad avanzada son casi nulos”, sostuvo.

El representante del PJ-Islas puso especial atención sobre la conservación de los gametos. Apuntó a “personas menores de edad cuando tengan una patología. Esa excepción habría que contemplarla, por ejemplo, en un muchacho con leucemia que tiene donado su gameto. Hay que partir de la base que se tiene que tomar a la infertilidad como una enfermedad y que la obra social lo pueda cubrir”.

Fuente: Análisis Digital