Muchas dolencias no se reflejan ni en
estudios de laboratorio ni de imágenes. Es entonces cuando la relación
médico-paciente alcanza una importancia mayor.
Muchas veces, la medicina sola no alcanza. Y
más allá de estudios, medicamentos y tratamientos, hay otro concepto, más
humanístico, que también ayuda a curar. Y esa mirada, es la que expertos de
nuestro país y del exterior abordaron en un Congreso internacional que se
celebró recientemente en el país.
Roberto Iermoli, presidente del Congreso
Internacional de Medicina Interna que se realizó recientemente en la ciudad de
Buenos Aires, aseguró que “el tema de tratar la medicina desde una mirada
humanista, es ver al hombre en su conjunto”, y reivindicó el hecho de recrear y
volver a las fuentes, a los orígenes de la medicina occidental.
“Hay dos
visiones médicas -explicó- una que es la concepción biomédica. Uno va a un
médico, tiene una angina, y ni le miran la cara pero ya le están recetando un
estudio. Por otro lado hay médicos que tienen una concepción bio psico
sociocultural, que es la que nosotros enseñamos”.
“Cuando el paciente
-continuó- se contractura o tiene dolor de cabeza o plantea que se siente
cansado, el profesional pide los análisis y si los análisis son normales, le
dice, con una visión biomédica, ‘usted no tiene nada’, pero hay que ver por qué
se contractura uno, y eso seguramente va a estar relacionado con nuestro
sistema de las emociones”.
En este sentido, dijo que “decirle al paciente que
no tiene nada, es lo peor que se le puede decir a alguien que está con ese
padecimiento, con esa dolencia”.
Por su parte, la especialista Sofía Fernández,
presidenta del Comité Científico del encuentro, aseguró que “hay afecciones que
no se pueden sustentar en estudios de laboratorio o imágenes. Pero el paciente
está angustiado y eso repercute sobre manifestaciones clínicas, porque hay una
interacción entre el sistema nervioso, la psiquis y el sistema endócrino. Y si
uno no lo trabaja, a largo plazo va liberando sustancias en el organismo y se
puede transformar en una enfermedad orgánica”.
“La cefalea tensional, por
ejemplo, tiene que ver con esos estados de contractura, ansiedad, depresión
encubierta, pero como no aparece en los análisis de laboratorio, hay que
mejorar la relación medico-paciente. Porque escuchando y conversando se va
descomprimiendo esa situación personal y se alivia el sufrimiento, ese
padecimiento, esa dolencia que tiene el paciente”.
Fernández precisó que, según
investigaciones, “se puede decir que tenemos un alto porcentaje de sufrimientos
no documentados en análisis o imágenes, pero el paciente tiene síntomas, y ante
ese síntoma no se puede decir ‘usted no tiene nada’ o ‘busque otro médico’ o
‘vaya al psicólogo’, y entonces ese paciente termina yendo de médico en médico.
Hay que hacerse cargo del paciente, porque muchas veces debajo de esos
padecimientos hay problemas orgánicos, por eso hay que seguir estudiándolos; el
síntoma está marcando algo, por eso la persona consulta”.
En este marco, los
expertos aseguraron que “la atención del médico ante la persona que acude a la
consulta con distintas dolencias, debe centrarse en escuchar al paciente y en
un enfoque bio-psico-sociocultural para optimizar los tratamientos y dar una
respuesta a quien llega al consultorio con sufrimiento y angustia por el
dolor”.
Fuente: El Día