Las presentaron ayer; deberían orientar la planificación de
políticas en todo el país.
Con el panorama epidemiológico argentino dominado por el avance
de las enfermedades no transmisibles, la alimentación se desplazó al centro de
la escena: es uno de los cuatro factores de riesgo más importantes en la
obesidad, la diabetes, ciertos cánceres y las cardiopatías.
Con la idea de promover la educación alimentaria y de tener
una herramienta para la planificación de políticas, el Ministerio de Salud de
la Nación presentó ayer, en el salón Ramón Carrillo, las nuevas Guías
Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).
El documento, que consta de un gráfico con las proporciones
sugeridas de alimentos que deberían incluirse a lo largo del día y 10
recomendaciones de fácil comprensión, no es un texto científico, sino una
herramienta práctica que intenta generar comportamientos alimentarios más
saludables en la población.
"Las guías alimentarias son un instrumento fundamental
de medicina preventiva -dijo el ministro Jorge Lemus durante el encuentro-.
Vamos a utilizarlo en todos los planes del ministerio, habida cuenta de que el
síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes son la gran epidemia del siglo
XXI."
Según explicó la representante de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) en la Argentina, Maureen Birmingham, las
primeras guías alimentarias se elaboraron a partir de la Conferencia
Internacional de Nutrición, organizada por la OMS en 1992, que contó con la
participación de 159 países y 144 ONG para afrontar la problemática
alimentaria. Como resultado de este movimiento internacional por una nutrición
saludable, hoy hay 24 países americanos que cuentan con guías alimentarias.
La primera versión de estas guías, desarrollada por la
Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran) y la Asociación
Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (Aadynd), se publicó en 2000.
Pero en estos 15 años, subrayó Marina Kosacoff,
subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos, cambió el perfil
epidemiológico y la obesidad creció a pasos agigantados, particularmente entre
los chicos.
En la elaboración de esta nueva herramienta participaron
varios ministerios y sociedades científicas, como la Asociación de Facultades
de Ciencias Médicas de la República Argentina (Afacimera); la Escuela de
Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires; la
Universidad Nacional de Córdoba; la Universidad Isalud; Fagran; Aadynd; el
Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni); la Sociedad Argentina de
Nutrición Clínica (SANC); la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos
Alimentarios (Saota), y la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), entre otros.
Birmingham celebró "este logro", que llevó tres
años, y agregó que "llegan en un momento muy oportuno para revertir el
actual desplazamiento de la población hacia comidas o productos ultraprocesados
no recomendados".
"Ya hablé con el ministro de Educación, Esteban
Bullrich, y vamos a utilizar estas guías fundamentalmente en la escuela, porque
promover e introducir estos valores en los niños y en las maestras es el primer
paso en la cadena de protección y promoción de la buena salud", afirmó el
ministro.
Fuente: La Nación