El promedio del incremento en los remedios fue, durante el
último año y medio, de un 77%, situación que se agrava en el caso de la canasta
para los adultos mayores. Cifras alarmantes, que necesitan medidas urgentes.
El aumento de los medicamentos en la Argentina superó
ampliamente la inflación y durante el último año y medio incrementaron su valor
en un 77,3%, según un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la
Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). Esta problemática, que se acopla a
los cada vez más elevados precios de los alimentos y tarifas de los servicios,
se agrava en el caso de los adultos mayores, para quienes los remedios subieron
un 88%.
En este sentido, los especialistas afirman que en uno de
cada tres medicamentos el precio se duplicó, dependiendo del tipo de droga. El
fármaco que más aumentó es el utilizado para la terapéutica tiroidea,
elevándose en un 152%, y el que menos subió fue el hipolipemiante, utilizado
para disminuir los niveles de lípidos en sangre y controlar el colesterol, que
se vende a un precio un 107% más caro.
La Argentina es uno de los países de menor capacidad de
compra de remedios de la región, considerando el valor de la canasta en
dólares. Esto demuestra que se está lejos de garantizar el acceso a los
fármacos indispensables para la supervivencia de sus ciudadanos, siendo el
valor en el país de la canasta de US$ 248,2.
Productos esenciales e insustituibles
En el último año y medio se profundizó el proceso
inflacionario de la última década, potenciado por la suba en los productos y
servicios indispensables para garantizar una vida digna. “La particularidad de
la inflación 2016 y 2017 es que se dio con una mayor dispersión entre conjuntos
de productos. Afectó en mayor medida a los precios de los alimentos, los
mencionados servicios públicos y también a los medicamentos”, señala el estudio.
“Por ser productos esenciales e insustituibles, estos
últimos adquieren un carácter distintivo sobre otro tipo de artículos”, apuntan
los especialistas en referencia a los remedios, que todo Estado debe garantizar
para respetar el derecho a la salud. Pero en el último año y medio, en el
mercado confluyen dos factores: el alza imparable de precios y “la supresión o
disminución en la cobertura de algunas obras sociales de grupos sensibles, como
es el PAMI”.
En este contexto, se destacan subas por sobre el 100% en
grupos de fármacos, tal es el caso de los ansiolíticos, que incrementaron un
135%, los broncodilatadores, que subieron un 124%, y los analgésicos que se
alzaron un 116%, entre otros. Y de todos estos productos, el 15% de ellos
sufrió un descenso en la cobertura por parte del PAMI, según la Undav.
Una política de Gobierno
El informe preocupa y genera alarma dado que el acceso a los
medicamentos es vital para la salud pública de los argentinos, y la Organización
Mundial de la Salud afirma que el acceso equitativo a remedios seguros y
asequibles es de importancia vital para que todo el mundo goce del grado máximo
de bienestar que se pueda lograr. Parte de la responsabilidad en el incremento
desmedido de los precios de los fármacos es de los nuevos lineamientos de
política económica, que implican la relajación de los controles de la
Secretaría de Comercio, dirigida por Miguel Braun, primo del jefe de gabinete,
Marcos Peña.
Como miembro de la OMS, la Argentina debería mejorar la
difusión de todos los productos sanitarios y dispositivos médicos y el acceso a
los mismos mediante la superación efectiva de los obstáculos a dicho acceso,
que es lo contrario a lo que sucede en la realidad concreta. Otra de las razones
del altísimo incremento en el precio de los medicamentos es “el alto grado de
concentración del mercado, tanto en el ámbito de las droguerías como en la
distribución”, concluyeron los especialistas.
Concentración del mercado, salud para pocos
La garantía de una óptima salud y el bienestar de las
familias argentinas se ven perjudicados por los oligopolios que manejan el
mercado. La cadena que determina el precio de los medicamentos comienza con la
producción local o la importación de los mismos como bienes finales y, según la
Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo del actual
Ministerio de Hacienda y Finanzas 250, empresas conforman el sector
farmacéutico del país, incluyendo firmas que producen localmente e
importadoras.
El relevamiento de la Undav detalla que existen 110
establecimientos productivos, de los cuales 93, el 85%, pertenecen a
laboratorios de origen nacional y el 15% restante a extranjeros. En el país se
venden mensualmente 60 millones de unidades de remedios, siendo la producción
nacional el 78% de las ventas y perteneciendo el 58% de la facturación a
laboratorios de origen nacional.
La concentración es tal que tan solo 20 laboratorios
concentran alrededor del 80% de la facturación, y de las diez principales
firmas cinco son extranjeras, ocupando el primer lugar la firma Alemana Bayer,
que a fin de año culminaría su fusión con la máxima compañía a nivel mundial en
el mercado de las semillas transgénicas, denunciada en varios países por las
negativas e irreparables consecuencias del uso de sus productos en el ambiente,
los animales y en la salud humana.
El circuito continúa con la comercialización mayorista de
los medicamentos, a través de distribuidoras y droguerías,que comercializan
directamente a clínicas y hospitales, y finalmente con la venta minorista en
farmacias. Actualmente, se encuentran registradas aproximadamente 445
droguerías, de las cuales cuatro concentran aproximadamente el 70% del mercado,
detalla el informe.
“Este mismo efecto oligopólico se produce en las
distribuidoras, ya que cuatro firmas concentran cerca del 99% de las ventas:
Rofina, del laboratorio Roemmers; Disprofarma, vinculada con Bagó; Farmanet,
sociedad del laboratorio Gador, Casasco, Bayer, Novartis y Boehringer
Ingelheim; y Global Farm, vinculada a los laboratorios estadounidenses”,
destacan los especialistas.
Los valores de los insumos importados se vieron afectados,
además, por la devaluación del peso argentino, al mismo tiempo que el
incremento de los costos por el alza de los servicios públicos que afectó a las
empresas del sector y fue trasladado a los precios. Además, ante la
concentración del mercado en las mencionadas empresas, las compañías establecen
los precios según su conveniencia.
Principales subas según el tipo de fármaco
- Para la tiroides: 152%
- Ansiolítico: 135%
- Broncodilatador: 124%
- Antiinflamatorio bronquial: 113%
- Antibiótico antiinflamatorio: 108%
- Para el colesterol: 107%
- Antidepresivo: 105%
- Para el corazón: 100%
Valor de la canasta de medicamentos, en dólares
-
Argentina: US$ 248,2
- Brasil:
US$ 186,1
- Uruguay:
US$ 181,6
- Paraguay: US$ 117,6
- Chile: US$ 92,0
Hay aumentos en algunos fármacos de más del 100%. Un
medicamento de venta libre que los jubilados usan mucho, la simple aspirineta
anticoagulante para los problemas cardíacos, aumentó en promedio más del cien
por ciento, lo que afecta muy negativamente al bolsillo de los jubilados porque
es de venta libre y no lo tienen en la cobertura del PAMI.
Recordemos que hoy la canasta básica alimentaria para la
Tercera Edad es de 16.124 pesos, según precios tomados en abril y publicados en
el mes de mayo por la defensoría de la tercera edad, y como segundo gasto
mensual dentro del cálculo para esa canasta está el de los medicamentos con
3.860,27 pesos. A esto hay que sumarle que la restricción de los medicamentos
por parte del PAMI se da cuando el ingreso del jubilado es de un haber y medio
de una jubilación, cerca de 9.550 pesos.
El perjuicio que se generó en el bolsillo del jubilado es
doble: por un lado, producto de la inflación, aumentaron todos los artículos de
primera necesidad, incluidos los remedios y, por otro lado, la situación
presente en cuanto a la mala atención en salud de los adultos mayores hace que
se degrade aún más su calidad de vida.
Los medicamentos, como otros tantos rubros, aumentaron mucho
más que la inflación y tienen menos cobertura por parte de las empresas de
medicina prepaga y las obras sociales, y todo esto claramente en connivencia
con la Superintendencia de Servicios de Salud, que es el organismo encargado de
regular el servicio que brindan las prepagas y obras sociales pero no hace
absolutamente nada, lo cual va en detrimento del consumidor.
La responsabilidad del aumento también recae mucho sobre los
laboratorios, que han modificado la ley de genéricos, permitiendo a los médicos
recetar con “nombres de fantasía” y no con la denominación de la droga. Esto
hace que el paciente cuando va a comprar un remedio se encuentre con el
panorama de que, si no tiene el recetado por su propio médico, no lleva
ninguno, por el temor de equivocarse, siendo que todos los medicamentos de un
mismo tipo tienen igual composición, por lo que pueden ser reemplazados por
otro. Como esto también fue modificado a favor de los laboratorios, es doble el
impedimento que sufren los consumidores.
Los laboratorios en Argentina hacen mucho lobby y vemos
inacción por parte de las autoridades del Gobierno nacional, de la Superintendencia
de Servicios de Salud, y de ANMAT, que muchas veces no hace el control adecuado
de cada uno de los medicamentos. La libertad de mercado que proclama este
Gobierno en definitiva es vista desde un solo punto: la libertad de los
empresarios, que no da ninguna protección a la gente.
El Gobierno podría regular el aumento de los medicamentos,
haciendo un análisis de las estructuras de costos, viendo las ganancias que ha
tenido cada uno de los sectores que conforman un medicamento y lógicamente
poniendo un precio máximo a un bien tan preciado como son los remedios en
cuanto a la salud. Sería muy bueno que
se declare la emergencia farmacéutica, para este y para otros puntos, como lo
es el incumplimiento de las prepagas en las prestaciones médicas obligatorias,
que es altísimo en esta época.
Fuente: Diario Hoy