Para el Superintendente de Servicios de Salud, los
tratamientos son cada vez más costosos, por eso a veces las subas de las
prepagas superan la inflación.
El Superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino,
cree que existe una concepción errónea de las tarifas del sistema de salud
privado. La suba de precios de la medicina, dice en una entrevista con LA
NACION, en todo el mundo supera hasta un 30% la inflación general, lo que
justifica que existan aumentos periódicos, más allá de lo que suceda con el
resto de los precios.
-¿Cómo está el sistema de salud?
-Los grandes temas son: el alto costo de los medicamentos y
la accesibilidad; el manejo de las enfermedades crónicas. La Argentina pasó las
enfermedades infecciosas y hoy la gente se muere por enfermedades crónicas. Es
uno de los disparadores del gasto en salud, más aún cuando no se hace un manejo
adecuado de los tratamientos. Y el otro tema es la judicialización: la
respuesta que la Justicia les da a grupos de pacientes que piden determinada
prestación. Estos amparos son para cubrir prestaciones que están fuera del
programa médico obligatorio, con lo cual generan un problema importante.
-Las prepagas acaban de subir los precios. ¿Cómo son los
números de la industria?
-Esa es otra fantasía. Desde que estamos a cargo, los
aumentos de la medicina prepaga están acompasados por la inflación. A veces la
han superado, porque en la Argentina y en el resto del mundo, el aumento del
gasto médico está entre un 25% y 30% por encima de la inflación. Cuando el
grupo de consumidores del prepago puro, que son alrededor de 1 millón, que
pertenecen en su mayoría al segmento ABC1 y que tienen un nivel de exigencia
altísimo, no entiendo el título catástrofe 'La prepaga aumentó tal o cuánto'.
El que quiere pagarse un plan alto para después internarse en una habitación de
80m2, ¿quién quiere que se lo pague? ¿El pobre? ¿El que va a un hospital
público? Tiene que pagar lo que consume. Y lo que consume está aumentando en la
Argentina y en el mundo. La medicina prepaga además tiene muy poco impacto en
el índice de inflación.
-¿Cabe esperar más aumentos?
-Los aumentos hasta ahora fueron: en febrero, que en
realidad era la última cuota del 2016, y en julio un aumento vinculado con la
paritaria. No se sobrepasó la inflación. Pero hay una parte de la paritaria que
falta negociar: se negoció con los hospitales de comunidad, no así la general
con el resto de sectores. Y lo que pase con la inflación el resto del año...
después se verá si tiene o no un ajuste.
-Las prepagas se quejan de que tienen márgenes chicos. ¿Es
así?
-Todas están con una problemática porque se han disparado
los costos, por lo tanto, los márgenes de utilidad se fueron reduciendo. En
2005, un tratamiento de cáncer salía US$ 50.000; en 2013 pasó a costar US$
220.000. Esto, que pasa en EE.UU., se repite acá. Los tratamientos son 200% o
300% más caros. El tratamiento no sale en moneda constante lo que salía en 2012
o 2014, está aumentando. Esto es lo que la gente no entiende.
-¿Cree que habrá un proceso de concentración de las
prepagas?
-Esta problemática vinculada a que las empresas estén en el
punto de equilibrio o por debajo hace que puedan resistir más tiempo las
empresas más grandes. Un tema importante es que durante años distintos
gobiernos hicieron que se subsidie una actividad como el transporte,
considerarlo un servicio público y esencial. Nadie consideró que la salud es un
servicio esencial y jamás subsidió al sector.
-¿Cabe esperar regulaciones?
-Se está trabajando en la ley complementaria de salud, cuyo
eje es intentar corregir desvíos. Y además, tratar de implementar como
obligatorio para la población, un modelo único de atención médica, que es lo
que tiene casi todo el resto del planeta. Donde la gente debe ir y debe tener
su médico de cabecera para poder acceder a los servicios. Es la única forma de
empezar a regular la accesibilidad y la calidad de los servicios.
-¿Qué "desvíos" detectaron en las obras sociales?
-Parte de la corrección tiene que ver con las compras; no
pueden sentarse a negociar con la industria 300 obras sociales por separado. A
partir de un estudio, definimos que el gasto número 1 está en hemofilia.
Sumamos al Ministerio de Salud, al PAMI, y ahora vamos a comprar para todos los
pacientes en conjunto. El poder de negociación para bajar los precios va a ser
mayor. Vamos a hacer una licitación nacional e internacional, tan grande que es
probable que se negocie transferencia de tecnología.
-¿Qué pasa con la Agencia de Evaluación Tecnológica? Se dijo
que podría salir por decreto?
-Entró por Senadores, se discutió y tuvo un freno. Siempre
se evaluó que pudiera salir por un DNU, pero está en manos del Poder Ejecutivo.
La confusión más frecuente es compararla con la Anmat, que controla la triple
barrera: que un medicamento sea seguro, efectivo y que esté hecho con calidad.
Pero la Agencia, que existe en todos los países desarrollados, evalúa la cuarta
barrera: el costo de efectividad que esos productos tienen. Los nuevos
medicamentos, algunos tienen un alto efecto farmacológico, pero hay muchos que
tienen pocos resultados. Pero siempre, por ser una nueva tecnología, tienen un
costo muy alto. Estas nuevas drogas que se aprueban, van triplicando el costo
del tratamiento pero no agregan valor. La función de la agencia no es
restringirlas, sino darle racionalidad al uso.
Fuente: La Nación