La norma que exige desfibriladores en lugares públicos se
sancionó en 2015, pero no se aplica.
Cuando tenía 18 años y estaba a punto de obtener el registro
profesional para conducir, Diego Cioffa pensó que aprender primeros auxilios
sería una buena herramienta en caso de tener que ayudar a alguien en la calle.
El sábado, a los 43, Diego salvó la vida de Mailén gracias a las maniobras de
RCP que aprendió hace un cuarto de siglo. Como él, en los últimos años miles de
personas se han capacitado en primeros auxilios y en reanimación cardiopulmonar.
Sin embargo, una ley sancionada en julio de 2015 -la ley 27.159- cuyo objetivo
es “regular un sistema de prevención integral de eventos por muerte súbita en
espacios públicos y privados de acceso público” sigue sin reglamentar y no está
vigente.
“La formación en primeros auxilios y RCP va creciendo, pero
especialmente a instancias de la población civil. El Estado se ocupó, a través
de una ley de 2012, de que en las escuelas hubiera capacitación para docentes y
alumnos. Pero todavía falta, ya que la ley que aún no reglamentaron implica
nada menos que en los espacios de gran concurrencia tenga que haber sí o sí un
desfibrilador bien señalizado y alguien capacitado para usarlo que a la vez
tenga conocimientos de RCP de la mejor calidad”, explica Jorge Bombau, médico y
padre de Beltrán, que a los 14 años padeció muerte súbita mientras participaba
de una competencia deportiva del colegio Palermo Chico en el Club de Amigos.
Ese episodio convirtió a Jorge en un activista en favor de la instalación de
desfibriladores y de la capacitación en RCP y primeros auxilios.
Consultadas por Clarín, fuentes del Ministerio de Salud de
la Nación no pudieron responder por qué la ley 27.159 aún no fue reglamentada.
A la vez, aseguraron que distintas direcciones de esa cartera trabajan en la
puesta en marcha de la ley: son la de Promoción de la Salud y Control de
Enfermedades No Transmisibles, la de Regulación Sanitaria y Calidad en Servicio
de Salud, y la de Emergencia Sanitaria, entre otras. Antes de fin de año podría
esperarse la reglamentación, arriesgaron las fuentes.
Sólo durante 2015, y a través de la ley 26.835 cuyo objetivo
es que se enseñe RCP en las escuelas secundarias, se logró que 284.376 docentes
y alumnos recibieran instrucciones para practicar ese tipo de reanimación.
“Pero aunque creció el interés del ciudadano común por aprender, todavía hay
que presionar para que el Estado ponga en marcha esto: el gobierno de la Ciudad
no ofrece cursos gratuitos de RCP para la población en general. Somos
argentinos y tomamos la muerte súbita como algo natural, que no se puede
combatir: hay 40.000 de esas muertes por año y se puede hacer mucho por
evitarlas”, sostiene Bombau.
El crecimiento de ese interés por aprender a salvar la vida
de otros se refleja en las estadísticas de las instituciones privadas que
ofrecen cursos de RCP y primeros auxilios. Uno de ellos, Reanimar, capacitó a
800 personas en 2013. En 2016, ese cifra fue de 7.900 personas, y en lo que va
del año el número de personas que tomaron el curso ya se duplicó: fueron 16.350
interesados. “El 80% de quienes vienen son mujeres, sobre todo de entre 20 y 40
años. Creemos que es porque están especialmente interesadas en saber cómo
reanimar a los chicos en caso de que haga falta”, explica Julieta Cartocio,
coordinadora de capacitación del lugar.
La ley que aún no se reglamentó establece que quien intenta
ayudar en una situación de posible muerte súbita no puede ser luego implicado
judicialmente. Las maniobras de RCP practicadas entre los 4 y 6 minutos de
ocurrida la falla cardíaca pueden prevenir la muerte cerebral.
Fuente: Clarín