La agencia reguladora
remarcó que la vacuna contra el virus del papiloma humano “es eficaz y segura”,
y destacó el perfil de seguridad que presenta. Además, se destacó el impacto
positivo que tuvo en la aparición de infecciones relacionadas con este virus.
Desde enero de este año, varones y mujeres de 11 años pueden
vacunarse de forma gratuita contra el virus del papiloma humano (HPV, según sus
siglas en inglés), gracias a la incorporación a Calendario Nacional de
Vacunación. Desde el 2011 se aplica las dosis correspondientes a las niñas,
pero por decisión de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades
Inmunoprevenibles, se amplió la recomendación a ambos sexos. La vacuna generó desde
un primer momento dudas en los padres, ya que circulan por redes sociales y
sitios de Internet informes sobre sus supuestos efectos adversos. Pero desde un
primero momentos las autoridades defendieron su uso. Esta semana, la agencia
reguladora nacional emitió un informe ultrarrápido de evaluación de tecnología
sanitaria, donde destacó “la eficiencia y seguridad” de la vacuna. Según los
resultados, se recomienda su uso ante el “alto perfil de seguridad” que
presentan.
El trabajo de la Administración Nacional de Medicamentos,
Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) busca desterrar las dudas sobre la vacuna
contra el HPV, una de las más cuestionadas en el mundo. El estudio concluyó que
las vacunas “tienen un alto perfil de seguridad, con un balance riesgo/beneficio
muy positivo a favor del beneficio”. “La vacuna contra el HPV es un instrumento
de prevención primaria, pero no elimina la necesidad de realizar controles para
la detección de cambios precancerosos en las células del cuello uterino”,
agregó el informe final. La ANMAT destacó que la utilización de esta vacuna
cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el
Ministerio de Salud Pública de la Nación Argentina, la propia ANMAT y
sociedades científicas nacionales e internacionales, “con elevada evidencia
científica de ser muy segura y eficaz”.
Respecto al impacto observado en su uso, el informe de la
agencia reguladora indica que en primer lugar “se observa que las infecciones
del tracto genital y en las verrugas genitales tienen periodos más cortos de
incubación para manifestarse, mientras que los efectos sobre lesiones
cervicales tardan más tiempo en desarrollarse”. “Los estudios han informado de
una elevada eficacia en la prevención de la infección a los 6 y a los 12 meses de
recibida la primera dosis de la vacuna, con cifras que oscilaron entre el 67 al
100 por ciento”, destacó la ANMAT. La eficacia en la prevención de la neoplasia
cervical intraepitelial (CIN1+ y CIN2+) “fue elevada, con cifras que fluctuaron
entre el 78,2 y el 100 por ciento”.
“El impacto de la eficacia se ve reflejado en la disminución
de la prevalencia (índice de individuos que padecen cierta enfermedad dentro
del total de un determinado grupo de personas) de estas lesiones, siendo mayor
en los países cuanto mayor sea la aceptación y adherencia a la vacuna. El mayor
impacto de la aplicación de la vacuna se observó cuando la misma fue
administrada antes de la exposición al virus del papiloma humano”, remarcó el
informe final. “Las vacunas han sido recibidas por millones de personas. Hasta
diciembre de 2015 se administraron más de 205 millones de dosis de la vacuna
cuadrivalente y hasta ahora no se han registrados efectos secundarios graves
causados por las mismas. El evento adverso más común es una pequeña dolencia en
el sitio de la inyección, similar al que se experimenta con otras vacunas”,
concluyó la ANMAT.
El HPV es una familia de virus que puede afectar a personas
de todas las edades y de todos los géneros. Existen alrededor de 100 tipos de
virus, de los cuales 40 afectan a la zona genital y/o anal. Por este motivo el
VPH se encuentra catalogado dentro del amplio grupo de enfermedades de
transmisión sexual o ETS. El VPH es muy común y se transmite fácilmente por
contacto sexual. Se estima que 4 de cada 5 personas van a contraer uno o varios
de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas. Los VPH se dividen en 2
grandes grupos. Por un lado, los de "bajo riesgo oncogénico", que
generalmente producen lesiones benignas como las verrugas y otras lesiones sin
consecuencias graves. Por otro lado están los más temibles: los "de alto
riesgo oncogénico" que pueden evolucionar a lesiones precancerosas y a
cáncer. En este caso, el cáncer más frecuente es el de cuello de útero que, en
Argentina, causa la muerte de 1.800 mujeres cada año. Otros tipos de cáncer
causados por VPH pueden ser los de ano, pene, vagina, vulva y orofaríngeos (de
boca y garganta).
Las dudas sobre los efectos de la vacuna comenzaron a
circular en todo el mundo, a través de grupos “anti vacunas”, que difunden
supuestos males causados por su uso. Además, muchos padres apuntan a la corta
edad de los menores, cuando se trata de un mal trasmitido sexualmente. Hay
varios casos circulando, pero ninguno documentado científicamente. El más
extraño es el de Colombia, donde se atribuye a la vacuna el desmayo de más de
200 estudiantes. Ocurrió en 2014 en el Colegio Espíritu Santo de El Carmen de
Bolívar, donde las niñas de 11 a 15 años se desplomaron involuntariamente. La
misma situación se repitió en varios establecimientos. Lo único en común de las
afectadas era que recibieron la vacuna. Pero el Ministerio de Salud de ese país
no encontró pruebas de una relación entre el fármaco y los desmayos. El caso
sigue generando hipótesis, pero los especialistas enfatizan que no puede
vincularse a la vacunación.
Fuente: Mirada Profesional