martes, 6 de marzo de 2018

"El compromiso es curar al paciente y mejorar el ambiente que le creó la enfermedad"

"El compromiso es curar al paciente y mejorar el ambiente que le creó la enfermedad" por Lilian Corra, médica especialista en medio ambiente.  

"El compromiso es curar al paciente y mejorar el ambiente que le creó la enfermedad"La salud ambiental está relacionada con todos los factores físicos, químicos y biológicos, externos de una persona, y se basa en la prevención de las enfermedades y en la creación de ambientes propicios y saludables. El avance de la tecnología en las sociedades modernas trajo como contrapartida innumerables patologías con alta carga de incidencia ambiental, según la mirada de muchos estudios de diferentes organizaciones mundiales. La doctora Lilian Corra es especialista en medio ambiente, presidente de la Interational Society of Doctors for the Environment y miembro fundador de la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente. “El paso a una calidad de vida diferente, gracias a los avances de la ciencia, también trajo un deterioro en el ambiente y eso es preocupante. Patologías que habían sido superadas vuelven a aparecer. Son las enfermedades reemergentes. Se creía que todo lo que venía de la ciencia, tecnología o la industria era seguro pero muchos avances estaban equivocados”, alerta.

¿Qué avances de la ciencia trajeron perjuicios para la salud?

El primer gran golpe fue en los ‘70 con el uso de plaguicidas, especialmente el llamado DDT, que es ampliamente tóxico. En esos tiempos, se decía que con ese producto se mataban los piojos de los chicos. Algo que viene pasando desapercibido es la introducción de químicos de síntesis en nuestra vida diaria. No leemos todos los químicos que hay en una pasta de dientes, en el champú o en un limpiador. Creemos que alguien se ocupa de que esos químicos sean inocuos para la salud pero muchas veces no es así. Médicos y científicos estamos trabajando en la incidencia que tienen en nuestra salud. Otros problemas que son reales pero no se perciben como graves son ciertas contaminaciones con arsénico a través del agua corriente. En muchas provincias se consume agua de pozo y en general hay bajo contenido de arsénico pero la exposición diaria es crónica y habría que prestarle atención, ver qué medidas toma cada municipio. Es decir: dentro de los tipos de contaminantes, están los metales pesados como el mercurio, plomo y arsénico. Después hay que considerar los químicos sintéticos como los plaguicidas y suavizantes o plastificantes que se usan para que los envases de alimentos.

¿Qué exposición tenemos a diario ante otro tipo de contaminantes?

La energía nuclear está dentro de los actores físicos y sabemos que sus radiaciones son altamente tóxicas. Un ejemplo son las irradiaciones de las torres de los teléfonos celulares, que también se han ido modificando y mejorando porque la OMG hablaba de posibles efectos cancerígenos. Por eso, la recomendación es no usar el celular pegado a la oreja sino con auriculares, ni guardarlo cerca de la zona genital ni cerca de un marcapasos del corazón ni dormir con el aparato en la mesa de luz. Además, los niños no deben usar celular. Se trata de tomar precauciones.

El año pasado la Organización Mundial para la Salud difundió un informe que advierte que el 24% de las causas de las enfermedades son ambientales y en los niños crece al 36%. ¿Esto es así?

Exactamente. Porque no hay enfermedades ambientales sino una carga ambiental en la enfermedad. Significa que esos porcentajes pudieron haber sido evitados en cualquier enfermedad y eso es lo grave. La OMS advierte que si mejoramos la calidad ambiental, vamos a reducir mucho la enfermedad y la muerte y obviamente el gasto en salud. Para nosotros, los médicos, es un doble compromiso: uno no puede recibir y curar a un paciente y devolverlo al mismo ambiente que le creó la enfermedad. La pobreza, la falta de recursos económicos y educativos hacen que esas comunidades estén más expuestas a factores ambientales. Pero eso no significa que otras sectores de mejor posición socio económica no se vean afectados.

¿Cómo ve puntualmente lo que pasa en nuestro país con esta temática? ¿Quién nos cuida?

Argentina tiene una deuda con el diagnóstico de calidad de aire, por citar un ejemplo. Hemos tenido varios intentos pero no fueron exitosos. Según la OMS, la calidad del aire es la principal causa de enfermedad y muerte, no sólo a través de enfermedades respiratorias sino cardiovasculares. El polo petroquímico de Dock Sud, en ese sentido, es una deuda que tiene que resolverse, con emisiones de varios contaminantes. El otro tema grave son los plaguicidas, porque falta un plan de acción concreto. Pero la carga de la responsabilidad no está en el Gobierno sino también en los otros sectores que deben acompañar al Estado, porque son temas muy complejos. Somos un país en vías de desarrollo en este sentido. Un país muy rico en leyes y normativas en salud ambiental pero nos falta la implementación del control y la regulación de las mismas, y también difundirlas. Nos falta que la gente entienda por qué debe cumplir la ley.

¿Hay información necesaria para que la gente sepa cómo contribuir al mundo en el que vive y, a su vez, evitar contaminarse para no enfermarse?

Todos los ciudadanos tenemos responsabilidades pero si el tema es que yo cumplo sólo si me están mirando, tiene graves consecuencias sobre la salud, porque somos nosotros los que definimos el mundo en que queremos vivir. Si en mi casa, no clasifico los residuos y no cuido la luz, no puedo salir a la calle y protestar por lo que no hace el Estado. La gente no sabe pero tampoco quiere saber. Eso no quiere decir que el Estado no deba controlar.

Lilian Corra es médica recibida en la UBA, con posgrado en Harvard, es también investigadora, docente y consultora, con especialidad en salud y ambiente. Presidenta de la International Society of Doctors for the Environment, con sede en Ginebra, es miembro fundador de la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente. Dirige la carrera de médico con especialidad en salud y ambiente en la Facultad de Medicina de la UBA y es la directora de la Maestría en Comunicación e información en temas de salud y ambiente.

Fuente: Clarín