Según la Dirección de Estadísticas porteña, en el primer
trimestre tocó un piso del 6,1%. El costo de la medicina privada creció un 20
por ciento más que los salarios privados.
Imaginemos una familia compuesta por dos adultos –ambos
trabajadores activos del sector privado, en blanco, que lograron surfear todas
las olas de despidos y que tienen un salario promedio– y dos menores. Esta
"familia tipo" debe hacer recortes en la Argentina de Macri. La baja
de afiliados voluntarios a la medicina privada es un reflejo de esta situación.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censos de la
Ciudad, 2018 muestra una baja estacional en el número de afiliados a prepagas,
que en el primer semestre cayó al nivel más bajo desde 2015: un 6,1%, un
derrumbe del 10% respecto del mismo período de 2017. En el segundo trimestre,
la caída fue menor pero sigue la tendencia: un 8% contra el 9% de igual período
del año anterior.
Que la cuota sea cada vez más difícil de afrontar para los
afiliados es desde hace tiempo una preocupación para las propias empresas que,
al mismo tiempo, no desestiman ningún tope de aumento que otorga el gobierno.
En lo que va del año, las prepagas aumentaron las cuotas en un 29,8%. Desde la
asunción de Cambiemos, las cuotas subieron un 144%, unos diez puntos
porcentuales por encima de la inflación acumulada que se estima para octubre de
este año.
Un plan básico para una familia tipo en una prepaga top
costaba cerca de 5000 pesos en julio de 2015. En paralelo, un trabajador del
sector privado ganaba entonces un promedio de $ 14.500, según datos del
Ministerio de Trabajo. Si ambos adultos trabajaban, sumaban $ 29 mil. Esto
significa que debían destinar un 16,9% del salario a la cuota de la prepaga.
En julio de 2018, el mismo plan oscilaba en $ 12.300,
mientras que el salario de un privado promedio era de $ 30.642 (último dato
disponible), que multiplicado por dos resulta en $ 61.284. La familia pasó a
destinar un 20,1% del salario a la prepaga; es decir, el costo de la medicina
privada creció un 20% más que los salarios privados promedio.
Un crecimiento de esta índole en un puñado de bienes o
servicios (tal como ocurre con luz, gas, alimentos y bebidas, combustibles,
etc.) acabarían con ambos salarios. Por tanto, este tipo de familias también se
ven obligadas a realizar recortes en distintos servicios. La medicina privada
no es la excepción.
Fuente: Tiempo Argentino