Funcionará en un predio de la UBA en Agronomía; la
tecnología permitirá atacar los tumores de difícil acceso, como los de la base
del cráneo, y los pediátricos.
El "búnker" para el equipo oncológico que antes de
morir reclamó el excanciller Dante Caputo finalmente empezará a construirse en
el predio del Instituto de Oncología Ángel Roffo, que depende de la Universidad
de Buenos Aires (UBA), en el barrio de Agronomía. Se trata del Centro Argentino
de Radioterapia Protonterapia para el tratamiento de tumores que aparecen en
zonas de difícil acceso, como la base del cráneo, o cánceres pediátricos poco
frecuentes y complejos, además de investigación.
Como publicó LA NACION, el equipo de radioterapia por
protones, en lugar de los fotones de la radioterapia convencional, que demanda
instalaciones con medidas de seguridad especiales, se había adquirido a una
empresa extranjera entre 2014 y 2015, pero recién se pagó el año pasado. La
adquisición había sido un compromiso de compra en la que intervino el
Ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido, con la empresa
belga Ion Beam Applications (IBA).
Ante el reclamo público de Caputo, en junio del año pasado,
se pudo conocer que no habían existido evaluaciones técnicas ni consultas con
el Instituto Nacional del Cáncer para determinar la conveniencia de la
iniciativa. "Hay que poner 1500 millones de pesos para terminar esta obra
que dice livianamente que ya está terminada", respondió Marcos Peña, jefe
de Gabinete, luego de la entrevista al excanciller en Radio Mitre.
Según informó la UBA esta semana, el costo total del
proyecto, que cubrirá la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), es de
1900 millones de pesos: $703 millones (37%) se destinarán a la construcción del
centro que albergará el equipo, y los $1197 millones restantes, a adquirir
equipamiento. Ambas instituciones dirigirán de manera conjunta el nuevo centro
cuando esté finalizado.
La primera estructura ( gantry), que es el espacio físico
donde los pacientes reciben la terapia, y su acelerador de partículas
(ciclotrón), que es el que produce el haz de protones para irradiar el tejido
donde está el tumor, llegarán en noviembre, según informaron desde la UBA.
"El nuevo centro incluirá un equipo de protonterapia
compuesto por un ciclotrón y dos gantrys o salas de tratamiento, más una sala
experimental para investigación, un acelerador lineal de uso clínico de última
generación, un resonador magnético para diagnóstico, el primer equipo
CyberKnife del país [para radiocirugía robótica de alta precisión]. El
equipamiento permitirá el tratamiento por radioterapia y radiocirugía de
tumores de cabeza, cuello y ojos, además de su aplicación en pediatría, por
tratarse de un tipo de radioterapia con menos efectos secundarios no
deseados", agregaron ante la consulta de LA NACION.
Alberto Barbieri, rector de la universidad nacional, destacó
"el gran impacto nacional y regional" que tendrá la obra ubicada en
el predio del Instituto Roffo para la salud pública. "En nuestros
hospitales, estamos preparando médicos y especialistas para el futuro -indicó-.
La UBA no solo tiene el instituto de cáncer más importante del país [por el
Roffo], que es referente también en América Latina; ahora, con este centro de
alta complejidad, tendrá un nuevo espacio de investigación y preparación de sus
médicos donde incrementar las residencias físico-médicas para seguir
fortaleciendo la práctica y la investigación en esta área tan sensible para la
salud de nuestra población".
De acuerdo con el primer convenio firmado en mayo de 2015,
quedó en manos de la CNEA la ejecución de la obra civil a través de Invap en
una superficie de 3500 metros cuadrados, además de la construcción de un nuevo
bioterio para mudar el que estaba en el sector donde funcionará el nuevo
centro. Por una adenda ampliatoria firmada en marzo del año pasado, se amplió
la obra original a unos 4000 metros cuadrados para poder instalar un segundo gantry,
una sala experimental, un resonador magnético y un acelerador lineal.
Ahora, según prometen, el proyecto tendrá una primera etapa
de construcción hasta diciembre, con una segunda fase durante todo el año
próximo. "Se necesitarán aproximadamente seis meses más para la puesta a
punto y funcionamiento, para comenzar a utilizarla en el segundo semestre de
2021", se precisó a través de un comunicado. Además, la superficie se
amplió unos 3500 metros cuadrados con respecto al detalle del último convenio:
el edificio, de varias plantas con tres áreas definidas (una de radioterapia
convencional, una de protonterapia y otra de investigación) ocupará 7500 metros
cuadrados en un predio de 9694 metros cuadrados frente al Instituto Roffo, que
aportará los equipos profesionales.
"Esta tecnología de alto costo solo está disponible en
80 centros del mundo, distribuidos en su mayoría en los Estados Unidos y
Canadá, Europa y Asia, y gracias a un convenio de partes entre la UBA, la CNEA
e Invap estará disponible en nuestro país a partir de mediados de 2021 -precisó
el Rectorado de la UBA-. En Europa, ya hay 21 centros en funcionamiento, 13 en
construcción y 9 proyectos aprobados".
Este proyecto de creación del centro se presentará en el
WArP 2019, una reunión sobre protonterapia que comienza hoy en la Facultad de
Odontología de la UBA con la participación de especialistas extranjeros, como
la oncóloga Anita Mahajan, de la Clínica Mayo, de Estados Unidos, donde se usa
la protonterapia para ciertos tumores cerebrales, melanoma ocular y cánceres de
cabeza y cuello, pulmón, hígado, glándulas pituitarias y próstata. A diferencia
de la radioterapia convencional, los haces de protones son más concentrados en
los tumores, con una dosis mínima de radiación en los tejidos que los rodean y
menos efectos adversos.
Fuente: La Nación