Hace una semana, cuando menos lo esperaba, Natalia Mozzati
recibió la noticia que deseaba escuchar desde hace casi ocho años. Esa mañana
del jueves 2 de abril, le avisaron que estaba tercera en la lista para recibir
un trasplante de riñón y que debía presentarse de inmediato para las
evaluaciones. "Me sorprendió porque pensé que estaba todo inactivo por la
pandemia, y mi primera reacción fue miedo, a tal punto que cuando me
preguntaron si aceptaba, primero dije que no. Tenía mucho temor a estar más propensa
a contraer coronavirus ", recuerda Natalia, a cuatro días de haber sido
exitosamente trasplantada en el Centro Cardiológico de Corrientes capital, de
donde es oriunda.
Su caso no fue excepcional. Según el Incucai, la última
semana 26 pacientes fueron trasplantados : diez de riñón, dos de corazón, cinco
de hígado, uno de páncreas y ocho de córneas, muchos de ellos, en situación de
emergencia. Las intervenciones se pudieron concretar gracias a que hubo en el
país siete operativos de donación de órganos y tejidos en las provincias de
Córdoba, Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, Mendoza y Santa Fe.
Todo sucedió mientras el COVID-19 plantea nuevas dinámicas
de trabajo en una labor donde el tiempo nunca es un aliado. Hay órganos que
deben estar reconectados en el receptor en no más de cuatro horas y por eso hay
que calcular todo: la demora en acondicionarlos en las heladeras, la salida del
lugar de asistencia y la logística de designación y traslados. A esto, ahora,
se suma una instancia más: a todo potencial donante con el diagnóstico de
muerte encefálica se le realiza la prueba PCR para descartar que tenga
coronavirus , según el nuevo protocolo establecido por el Incucai junto a la
Sociedad Argentina de Trasplante (SAT) y la Sociedad Argentina de Infectología
(SADI).
¿Qué pasa si el presunto donante da positivo? Marcial Angos,
director del Ente Coordinador de Ablación e Implante de Córdoba (Ecodaic), que
estuvo a cargo de dos de los operativos de los primeros días de abril, explica
que, al igual que sucede con cualquier otro virus potencialmente transmisibles,
esa persona infectada es descartada como donante de forma automática.
"Quienes están en lista de espera tienen un estado de salud bastante
deteriorado que los llevó a la necesidad de requerir un trasplante. Por eso,
frente a esta contingencia, dedicamos un tiempo extra para descartar cualquier
posibilidad y nexo epidemiológico de coronavirus, pero también cualquier otra
enfermedad viral activa", explica el especialista.
Angos cuenta que desde que es médico, hace más de 30 años,
esta es la primera vez que vive una situación de estas características,
"donde prácticamente se cierra el mundo". Sin embargo, se enorgullece
de que, a pesar de los inconvenientes, la actividad de la procuración de órganos
y tejidos para trasplantes se mantuvo, y que la semana pasada lograron junto al
Incucai obtener los permisos para que tres vuelos sanitarios retiren órganos en
Córdoba y los lleven a tres provincias diferentes, además de los que se usaron
localmente. Fueron procesos de donación multiorgánicos y multitejidos, que
permitieron que nueve personas sean receptoras de órganos (riñones, páncreas,
hígado y corazón) y cuatro, de tejidos corneal.
Temores y cuidados
Natalia tiene 37 años y desde 2012 que debía hacerse
diálisis tres veces por semana, de 6 a 10.30 de la mañana. Tenía afectado el
70% de la función renal, como consecuencia de una nefritis lúpica silente.
Trabaja en turismo y hace dos años empezó con una consultora independiente del
rubro, porque con la diálisis se le hacía muy difícil cumplir horarios.
El mismo jueves la internaron, pasó la noche en el sanatorio
y el viernes 3 de abril, a los 8 de la mañana, fue a cirugía. " La
operación fue corta , duró tres horas y media, me dicen que fue muy
exitosa", cuenta, con una voz enérgica, exultante. Cuando llegó a la
clínica, le habían explicado que era la tercera en la lista , pero en el trascurso
del día, mientras le hacían los chequeos y también esperaban los resultados de
dengue y COVID-19 del presunto donante, le avisaron que podía ser su día de
suerte y recibir el órgano. "El primero de la lista no estaba en buen
estado de salud y el segundo, tenía dolor de garganta", explica.
Que Natalia y tantos otros hayan sido trasplantados fue
posible porque, a pesar del aislamiento social obligatorio, el Incucai y los 24
organismos provinciales de ablación e implante continúan trabajando, junto con
los equipos de trasplante, la colaboración de cirujanos locales, empleados
aeroportuarios y la disponibilidad de los aviones sanitarios, además de todo el
personal de salud involucrado. Hay mucha gente funcionando coordinada: se
estima que en cada operativo de procuración y trasplante, en total, llegan a
participar más de 100 personas.
Frente a la pregunta sobre qué otros aspectos del proceso
cambiaron con la llegada de la pandemia , Angos detalla que, fundamentalmente,
hay dos ejes centrales: una correcta selección de los donantes , haciendo la
investigación epidemiológica, y la protección personal de todos los equipos ,
porque muchos tienen que ir a centros donde seguro hay personas afectadas con
COVID-19. En este sentido, desde el Incucai explican que se busca no perder
ninguna oportunidad para los pacientes, siempre que se pueda cumplir "con
la máxima garantía de seguridad para el trasplante y para el equipo profesional
interviniente".
Respecto al efecto que puede tener el aislamiento
obligatorio en la procuración de órganos y tejidos, Angos señala "una
situación lógica de la realidad: al haber una cuarentena tan férrea, hay mucha
menos circulación y eso hace que la patología habitual que lleva a tener un
paciente neurocrítico haya disminuido bastante: el 60% de los donantes
habituales son por traumatismo de cráneo o accidentes cerebrovasculares ".
Otra de las cosas que destaca el director del Ecodaic es que
las personas trasplantadas, al estar inmunodeprimidas, son parte de la
población de riesgo y, naturalmente, tienen una preocupación extra. Pero el
experto subraya que si se toman los recaudos correspondientes, no deben tener
miedo.
Natalia lo vivió en carne propia: " Muchos de los que
estábamos en las listas, tenemos mucho temor por la pandemia ". Por
suerte, su médico supo convencerla. "Me dijo: 'Ahora y mañana vas a seguir
siendo paciente de riesgo, te hagas o no el trasplante. Vas a tener que
cuidarte ahora y siempre'. Eso me hizo tomar la decisión". Pero no todos
los casos terminan igual. "Sé que hubo pacientes a los que se les ofreció
y no se animan por la baja de defensas", cuenta Natalia.
Desde que la pasaron a sala común, más allá de todas las
precauciones de la clínica y del equipo médico, solo puede visitarla una
persona durante una hora a la mañana y otra a la tarde. Mientras sigue su
recuperación, Natalia piensa en el día después: "Cuando pase todo lo de la
pandemia, voy a poder viajar, recorrer lugares, volver a trabajar".
En el Incucai también destacan que su Registro Nacional de
Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) continúa trabajando para sostener
los trasplantes de médula ósea en pacientes argentinos , tanto con donantes del
Registro Nacional como de otros países del mundo, evaluando caso por caso para
brindar la mejor alternativa a cada paciente. "Nuestro objetivo es darles
respuesta a las personas que están en lista de espera. Recordemos que hay casi
9000 argentinos que están esperando una oportunidad para seguir viviendo y
mejorar su calidad de vida", concluye Angos.
"Me devolvieron la vida -resume-, me dieron de nuevo la
oportunidad de soñar, las diálisis se terminaron y eso no tiene palabras, más
aún en este contexto, que demandó un esfuerzo extra". También la alegró
saber que su donante "era una persona que quería serlo y lo había dejado
asentado en su DNI".
Natalia integra el grupo "Dar nos da vida" , un
espacio para pacientes en lista de espera y trasplantados de Corrientes, que
trabaja en la difusión y la importancia de la donación, además de brindar apoyo
y contención. A ella la ayudó mucho y la preparó para lo que hoy le toca vivir.
"La espera de un trasplante es muy difícil, porque no está en tus manos,
está en manos de otro y hay que tocar esa sensibilidad. Es el acto más generoso
que puede existir y cuando te toca, te estalla el corazón", dice,
emocionada.
Su caso demuestra que, en un momento de tanta angustia y
desazón, las buenas noticias también pueden llegar.
Información útil
Por el COVID-19, la atención en el Incucai a pacientes en
lista de espera y trasplantados se realizará exclusivamente a distancia de
lunes a viernes de 10 a 16. WhatsApp: (+54 9) 112154.8518/ 112156-4910/
112156-5667/ 116653-4136. Correo electrónico: pacientes@incucai.gov.ar
Fuente: La Nación