miércoles, 11 de junio de 2014

Un sistema de salud que todavía es insuficiente

Los números muestran que es mayor el consumo entre hombres que entre mujeres y son ellos quienes más nos consultan en los más de 200 centros de atención a las adicciones. Pero quienes allí trabajan refieren que la mayor circulación es, sin embargo, de mujeres.

Por otro lado, nuestro sistema de orientación telefónica dice que el 40% de los llamados son de mujeres. Esa circulación y muchos de esos llamados remiten a un otro –ya sea la pareja, hijos, familiares– lo que nos permite inferir que al momento de ocuparse de la salud de otro la mujer se mueve, se preocupa y se ocupa. Ayuda y busca ayuda.

Pero hay algo que hace que el sistema no sea amigable para la mujer al momento de buscar ayuda o atención para sí misma, ya que sabemos que el consumo en mujeres existe y ha ido en crecimiento en los últimos tiempos.

En un estudio histórico de la SADA del año 2010 donde se analizan las características de los pacientes notificados durante diez años (1997-2007) se evidencia la menor accesibilidad inicial al tratamiento por parte de las mujeres, observándose que, del total de usuarios/as atendidos en los distintos servicios de este organismo, solo el 11,3 % son mujeres. Si bien hemos mejorado en cuanto a la cobertura, esto nos pone frente al desafío y a la necesidad de readecuar nuestros dispositivos de atención para llegar más a las mujeres.

Hay cambios culturales que tienen que ver con el rol que la sociedad asigna al hombre y a la mujer que superan nuestro campo de influencia y que se dan a largo plazo. En el campo sanitario aún hoy solo se piensa en la salud de la mujer desde las mamas y el aparato ginecológico, cuando son otras las epidemias que las están enfermando.

En esta línea, el ministerio de Salud de la Provincia ha puesto en marcha un programa de abordaje para mujeres, niñas, adolescentes y LGTB por el uso problemático de sustancias y ha abierto servicios para mujeres con sus niños. Entendemos que la mirada de la diversidad aporta equidad al sistema de salud y le da perspectiva de género al consumo.

Fuente: Clarín