Un equipo de profesionales de Instituto Nacional de Tecnología Industrial, diseñó ropa adaptada para personas que tienen dificultad para vestirse y desvestirse, como parte de un proyecto que propicia la inclusión y la autonomía de personas con discapacidad y adultos mayores.
La cotidianidad del
vestir se altera cuando una persona convive con una discapacidad, o si perdió parte de la movilidad física a causa de un accidente o de la edad, y lo mismo
ocurre con sus familiares y cuidadores que los ayudan a colocarse o sacarse la
ropa.
Además, como la indumentaria "nos representa y comunica
mucho de nosotros, debemos considerar que las prendas sean no sólo funcionales
y confortables, también variadas estéticamente y accesibles", señaló a
Télam Guadalupe Sorondo, diseñadora textil que trabaja en el INTI Chubut.
Ella fue una de las convocadas por el Centro de Tecnologías
para la Salud y la Discapacidad que funciona en el organismo estatal bajo la
dirección de Rafael Kohanoff, impulsor de innovaciones que incluyan a este
sector de la población.
"Nos llevamos una sorpresa cuando comenzamos a
investigar sobre indumentaria adaptada, porque nos encontramos que en Argentina
y a nivel mundial hay poco desarrollo. Entendimos que, como no saben si van a
vender, no pueden hacer stock, porque hablamos de ropa específica", contó
a Télam el director del Centro.
Hecho el estudio de mercado, Sorondo viajó a San Pablo,
Brasil, donde conoció la Escuela Técnica estatal Tiquatira, con orientación en
indumentaria, que es inclusiva ya que asisten estudiantes con y sin
discapacidad.
También "gracias a la relación que tenemos con el
Centro Estatal de Educación Tecnológica 'Paulo Souza", pude participar del
desfile de moda que cerró el quinto concurso de indumentaria para personas con
discapacidad, promocionado por el Gobierno del Estado de San Pablo", contó
la profesional.
El siguiente paso fue "transferir el conocimiento
teórico a la práctica, para lo cual sumamos contacto con potenciales usuarios
de la indumentaria y con profesionales de distintas disciplinas", agregó
Yanina Fracchia, diseñadora textil del INTI central, que también es parte del
equipo.
Para usuarios de sillas de ruedas, ella diseñó pantalones
con un tiro trasero más alto "porque se baja y acorta por la flexión
constante de la rodilla, por lo que los pinzamos detrás para que no sobre tela,
lo que a veces genera patologías en la piel por el roce constante; son sin
bolsillos traseros y con amplitud adaptable en caso que la persona requiera
usar pañales", explicó la diseñadora.
En tanto, desde Chubut "desarrollamos la línea de
prendas superiores: camisas en tela plana y pulóveres para movilidad reducida.
Los prototipos lo hacemos con materias primas locales y contactamos al hogar
provincial Pedro Detori para realizar las pruebas de uso", aportó su
colega Sorondo.
Camisas para personas con movilidad reducida, para las que
necesitan asistencia en el vestido y vestido para niñas que deben usar babero,
son parte de la iniciativa.
Por ejemplo, para quienes no pueden mover sus brazos, se
diseñó un modelo de camisola abierto en la espalda que se coloca por delante y
se abrocha con cierres o velcro por detrás.
"A partir de los moldes que logramos, los probamos en
potenciales usuarios, definimos el instructivo de cómo tomar las medidas, y
vamos adaptando los moldes. Hablamos de una tarea que es personalísima",
destacó Kohanoff.
El ingeniero comenzó a contactar a cooperativas textiles
"que estén dispuestas a trabajar en esta área tan específica e iniciaremos
este año un programa de capacitación en las escuelas secundarias con
orientación textil y en los centros de formación profesional, gracias a un
convenio con el Ministerio de Educación".
El INTI "puede entregar la información que hemos
desarrollado a quienes demuestren tener un fin social, a quienes no dudaremos
en brindarles además el apoyo necesario", añadió.
Si una persona con discapacidad o movilidad reducida quiere
ir al cine "quizás sólo tenga un pantalón deportivo y tiene todo el
derecho de tener uno de vestir que los haga sentir, no sólo cómodos, también
incluidos socialmente", señaló Sorondo.
"Cada nuevo producto requiere de mucho estudio y
vinculación con los que se enfrentan cara a cara con las dificultades
cotidianas al vestirse. Es un trabajo arduo que intentamos hacer con la mayor
responsabilidad teniendo como objetivo generar la inclusión y la autonomía de
todas las personas", destacó la diseñadora.
De eso se trata la tarea del equipo especializado del INTI,
ya que la indumentaria puede ser un factor más de exclusión o inclusión social
y de autonomía personal.
Fuente: Telam