martes, 23 de enero de 2018

El Gobierno refuerza el control sobre obras sociales

Los sindicatos deberán informar con “detalle” quiénes son sus beneficiarios. Está en juego el Suma, un subsidio que reparte unos $ 1.000 millones a esas organizaciones.

Buenos Aires. Tras una semana de fuerte intercambio de reproches y acusaciones entre el Gobierno nacional y la dirigencia sindical, desde la Casa Rosada doblaron la apuesta: ayer se anunció vía Boletín Oficial que se reforzarán los controles sobre los padrones de las obras sociales, poniendo la lupa en el subsidio conocido como Suma (Subsidio de Mitigación de Asimetrías).

Se trata de un fondo de cientos de millones de pesos que compensa diferencias entre las prestadoras del sistema de salud. La resolución fue firmada por la Superintendencia de Servicios de Salud, a cargo de Sandro Taricco, oficina que maneja unos siete mil millones de pesos y depende del Ministerio de Salud.

Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) no hubo ninguna declaración oficial sobre la movida gubernamental. 

“Esta semana no está prevista ninguna reunión”, comentaron a este diario desde el entorno de Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros cegetistas. “De todos modos –aclaró– el efecto será dispar porque la medida alcanza a los sindicatos que tienen obra social”.
Según trascendió de fuentes gubernamentales, esta iniciativa se complementa con otras acciones dirigidas al frente sindical que pronto verán luz, como imponer la obligatoriedad para que presenten declaraciones patrimoniales los dirigentes sindicales y también “desempolvar” informes acumulados en la Unidad de Información Financiera.

Suma

Respecto del subsidio Suma (instaurado en la segunda presidencia de Cristina Fernández), las obras sociales deberán informar “con detalle” quiénes son los afiliados beneficiados.

Para ello, se extremarán los controles a los afiliados mayores de 70 años que continúan siendo asistidos por las obras sociales y no por el Pami, gracias al pago de la diferencia que surge del Suma.

El Gobierno quiere que antes de que la Afip gire el dinero a las obras sociales, las organizaciones sindicales hayan transparentado “la totalidad del padrón de beneficiarios” alcanzados por el Suma.

Multimillonario

Se calcula que el fondo del Suma asciende a unos mil millones de pesos anuales, los cuales se recaudan del Fondo Solidario de Redistribución de las obras sociales.

Según informó el diario Clarín, el Gobierno tiene como objetivo eliminar el subsidio “en un corto plazo”. Ese “plazo” sería no más allá de 2019. Esta versión no fue confirmada ni desmentida en círculos gubernamentales.

El 20 por ciento del Suma se divide (en partes iguales) entre las obras sociales con más de cinco mil afiliados, y el resto se reparte de acuerdo con el número de afiliados entre los sindicatos más pequeños.

En el Gobierno afirman que “no se desfinanciarán las obras sociales” con el recorte del subsidio y se reiteró que se persigue “la optimización de los recursos de las obras sociales”. Al respecto, el oficialismo propuso que “se fusionen” las obras sociales más pequeñas.

El titular de la Superintendencia de Servicios de Salud, Sandro Taricco, está al frente del organismo desde septiembre. Había ingresado en 2009 como gerente.

Taricco remplazó al médico Luis Alberto Scervino, designado en 2015 como señal de acercamiento a los sindicatos: Scervino está fuertemente ligado a José Luis Lingeri, veterano sindicalista del poderoso Obras Sanitarias. Scervino fue desplazado por el presidente Macri después de una movilización encabezada por la CGT.

Héctor Amichetti, de la Federación Gráfica bonaerense, gremio alineado a la Corriente Federal (sector duro de la CGT), le dijo ayer a La Voz que aún no se había discutido la medida. “Aunque mañana (por hoy), tendremos una reunión con otros sindicatos para tratar la reforma laboral, y posiblemente veamos de qué se tratan estos controles al Suma”, destacó.

Amichetti, más allá de ser un sindicalista muy crítico del Gobierno, admitió: “Sería bueno que la Superintendencia centralice, por ejemplo, las compras de medicamentos; es un organismo con mucha más capacidad de negociación que las obras sociales pequeñas, que tienen que comprar los medicamentos directamente”.

Graciela Ocaña le apuntó a Hugo Moyano

La diputada nacional Graciela Ocaña (Cambiemos) dijo ayer que más allá de los “acuerdos políticos” que puedan tener los gremios, “lo que no se puede admitir es la corrupción”, y volvió a señalar irregularidades en el sindicato de Camioneros, que conduce Hugo Moyano. Ocaña consideró que “no puede ser” que el dirigente viva en propiedades cuya titularidad figura “a nombre de proveedores de la obra social”. “Es inaceptable porque muestra el delito y cómo se enriqueció”, apuntó, y pidió que la Justicia investigue presuntos hechos de lavado de dinero.

Fuente: La Voz