Para la industria farmacéutica, las vacaciones este año
duraron poco. Las cámaras que reúnen a los laboratorios nacionales y
extranjeros ya comenzaron a negociar con el PAMI, la obra social de jubilados y
pensionados, el convenio para la compra de medicamentos que debería empezar a
regir en abril. Todo indica que la negociación no será fácil: el PAMI ya
anticipó que piensa pagar este año un 11% menos que el año pasado, lo que en
términos reales representaría un ajuste aún mayor, frente a la inflación
prevista por los analistas privados para 2018 de más del 19%.
"Lo que está buscando el PAMI es comprar a precios más
baratos. Esto puede ayudar también a que el afiliado que compra con descuento
termine pagando menos", explicaron en la obra social que le da cobertura a
unos 5 millones de jubilados y pensionados. "Pero de ninguna manera se
está pensando en tocar las prestaciones ni los descuentos. Estamos hablando
sólo de los precios de los medicamentos", aclararon.
El PAMI, responsable del 40% de los medicamentos que se
venden en el país, planteó a la industria que preveía destinar este año $2400
millones mensuales a la compra de remedios, contra $2700 millones que pagó en
2017. Para reducir costos, anticipó, buscará precios de referencia
específicamente para 23 productos oncológicos y de tratamientos especiales, y
también para otros 50 ambulatorios. "La idea no es quitarlos del convenio
-explicó a LA NACION un directivo de un laboratorio internacional, que pidió no
ser identificado-, sino buscar precios de referencia tanto en el mercado
interno como en el externo".
En el PAMI están convencidos de que muchos medicamentos se
venden en la Argentina a precios superiores a los que se consiguen en países
desarrollados. Afirman que detectaron que en algunas drogas hay una dispersión
de precios en el mercado local que puede llegar al 30% según la marca o el
laboratorio que las produce. De ahí la idea de contar con valores de
referencia. En una misma droga, PAMI cubriría los remedios de aquellas marcas
que estén en torno a ese precio, pero no incluiría en algunos casos las más
caras.
"Hay medicamentos que PAMI dice que compra más caros
que en Noruega, y son medicamentos viejos, no de innovación", ejemplificó
una fuente al tanto de las conversaciones.
Para los medicamentos complejos, de innovación, este año
además PAMI piensa adoptar una estrategia nueva. No negociará con toda la industria
en su conjunto, sino con cada cámara farmacéutica de forma individual. Las
principales cámaras son: Cilfa (laboratorios de capital nacional), Caeme
(internacionales) y Cooperala (los laboratorios más chicos). También planea
avanzar con licitaciones para la compra de medicamentos junto con el Ministerio
de Salud, IOMA -la obra social de la provincia de Buenos Aires- y la
Superintendencia de Salud. El año pasado ya hizo la prueba con medicamentos
para la hemofilia y la idea este año es comprar en bloque algunos medicamentos
oncológicos.
El miércoles pasado, según confirmó LA NACION, las cámaras
farmacéuticas se reunieron para analizar la propuesta. Consultados al respecto,
no obstante, ni en Cilfa ni en Caeme hicieron comentarios.
"Hay buena voluntad, hablaron de la importancia de
tener una industria nacional fuerte, pero el tema de los precios sigue en
veremos. Está verde todavía la negociación", resumió el responsable de un
laboratorio nacional. "Las negociaciones aún están muy verdes -coincidió
el directivo de otro laboratorio internacional-. No hay definiciones, excepto
que el presupuesto del PAMI tiene que cerrar y alguien tendrá que
achicarse", continuó la fuente, que recordó además que la obra social
todavía tiene una deuda corriente con los laboratorios de al menos $1400
millones.
El año pasado, la industria farmacéutica amenazó en más de
una ocasión con patear el tablero durante la negociación. No está claro qué
sucederá ahora, dado que las conversaciones recién comenzaron. Pero todo indica
que este año el responsable del PAMI, Sergio Cassinotti, piensa mostrarse más
firme que nunca en su postura. Aquí también la orden de la Jefatura de Gabinete
es mantener este año a raya su déficit presupuestario. En los últimos 9 meses
de 2017, la obra social logró bajar del 15% al 2,4% el déficit de su
presupuesto. La compra de medicamentos representa para el PAMI cerca del 30%.
Fuente: La Nación