Lucir el último modelo de lentes puede convertirse en una
moda peligrosa para nuestra salud. Expertos oftalmólogos brindan consejos sobre
cómo elegir el lente correcto para no perjudicar la vista ni generar dolores de
cabeza.
Lucir el último modelo de anteojos de sol puede ser
convertirse en una moda peligrosa para nuestra salud. Esto ocurre cuando
elegimos el marco que más nos gusta, con el tamaño forma y color ideal, pero no
prestamos atención a los más importante: el lente y su protección contra los
rayos del sol.
Comprar cualquier anteojo no es bueno y a mayor precio no
siempre mejor calidad. Y es que muchas veces, la moda impone diferentes modelos
de marcos y a veces cristales de colores.
"Al comprarse unos nuevos anteojos, es recomendable que
se usen con el asesoramiento y control de un oftalmólogo. Así se logra
optimizar el resultado en el uso de estos anteojos, cuidando la salud
visual", explicó a Infobae el doctor Luis Zeman, jefe de residentes de la
División Oftalmología del Hospital de Clínicas.
"Los anteojos para el sol se caracterizan por frenar el
ingreso al ojo de una longitud de onda específica según el color de filtro
utilizado. Es decir, buscan optimizar la relación entre luz útil y luz molesta
para evitar lesiones en los ojos y mejorar las funciones visuales",
precisó Zeman.
Y agregó: "A menudo, el uso de lentes de sol de baja
calidad puede ocasionar cefaleas, visión de halos o luces, efecto prismático
(que lleva a desviaciones de los ojos o "forias") o distorsión en la
vista. Para que sea de buena calidad no necesariamente tiene que ser un anteojo
caro. Una forma de asegurar control de la calidad es adquirirlos en lugares habilitados
a tal fin, y no en la calle ni negocios de venta de mercadería genérica".
Los filtros solares en anteojos se clasifican en nivel bajo,
medio y alto según su capacidad de absorber la luz molesta. El utilizar un
filtro inadecuado para la actividad que se realiza, puede provocar dificultades
en la visión.
"Por ejemplo, si se usan lentes de alta absorción
(negros) para conducir en la noche, la visión de contraste disminuye y la
capacidad de ver los objetos a la distancia se afecta. También, si los anteojos
de quienes están en la nieve tienen un filtro de absorción baja pueden causar
queratitis, cataratas o lesiones en la retina. Estos anteojos además de poseer
un filtro de color pueden asociarse con la graduación de lentes que la persona
usa normalmente, por ejemplo en la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía
ayudando a mejorar la calidad visual", amplió el experto oculista.
El oftalmólogo Hugo Daniel Nano reforzó el concepto de la
importancia de los lentes de sol y aseguró que para proteger el globo ocular es
importante usar anteojos que sean de buena calidad, con filtro UVb y UVa
certificado por el óptico, y en lo posible polarizados.
"No mirar al sol directamente sin protección, y evitar
la exposición prolongada al mismo nos protege ya que la exposición prolongada
aumenta el riesgo de desarrollar catarata y degeneración macular de manera
precoz", afirmó el experto y agregó: "La fotoconjuntivitis o
queratitis solar que afectan la superficie ocular genera, no solo dolor, sino
que altera la agudeza visual, situación que se agrava si hay reflejo de las
piletas o el mar cerca. Una vez más, el uso del anteojo en estas situaciones es
de gran ayuda".
¿El sol daña los ojos?
Según puntualizó a Infobae el doctor Rogelio Ribes Escudero,
médico oftalmólogo, especialista en córnea y superficie ocular y miembro de la
Sociedad Argentina de Superficie Ocular, "el sol emite radiación
ultravioleta que es la responsable de generar daño en las estructuras oculares
y capaz de producir inflamaciones en la córnea, catarata, lesiones en la retina
y tumores en la superficie del ojo".
Estos últimos han aumentado en incidencia en los últimos
años, pueden ser malignos o benignos; el más frecuente es el pterigion.
"El pterigion es un crecimiento anormal de la
conjuntiva (tejido blanco que rodea el globo ocular) sobre la córnea, ocurre
con más frecuencia en personas que trabajan al aire libre y, en especial, sin
la protección ocular adecuada. Tiene una prevalencia de entre 2 y 15%, más alta
en los países cercanos a la línea del Ecuador por los mayores niveles de
exposición a los rayos ultravioletas. Es dos veces más frecuente en hombres que
en mujeres.
Por eso, es importante utilizar anteojos con protección y
escoger un armazón envolvente, que proteja de los rayos laterales que provienen
de los costados-.", aseguró el experto miembro del servicio de
Oftalmología del Hospital Alemán.
El experto advierte que no solo es peligroso comprar lentes
de sol en la calle, sino que también lo es aquellos que tienen grados de
aumento fijos.
"En primer lugar, los anteojos comprados sin receta
tienen la misma corrección en ambos ojos y en la mayoría de los pacientes
siempre existe una pequeña diferencia entre un ojo y el otro que es importante
corregir. Por otro lado, estos anteojos son producidos de manera masiva y no
tienen en cuenta la distancia interpupilar de cada individuo -la distancia que
hay entre los dos orificios negros que están en el centro del iris-",
indicó Ribes Escudero.
Y agregó: "Esto genera que los anteojos no estén bien
centrados y que haya síntomas como astenopia, que es un dolor de cabeza
producido por la mala corrección de los defectos refractivos. Es como cambiar
las gomas del auto, pero que no estén bien centradas y balanceadas. Cada
paciente es diferente y necesita un anteojo personalizado, por eso la visita
oftalmológica permite optimizarlos en base a las características de cada
paciente. Además, aprovechar para controlar la presión ocular y la retina en
busca de patologías que, diagnosticadas a tiempo, pueden prevenir una pérdida
de visión".
La doctora Maria Laura Taverna, médica especialista en
Oftalmología del Área de Medicina Preventiva de INEBA aseguró a Infobae que
durante el verano se extiende la luz día y con ello aumenta el tiempo de
exposición al sol y a la radiación ultravioleta (UV), la cual es especialmente
intensa en esta época del año.
"Entre las 11 y las 16 horas es el momento donde los
rayos inciden con mayor intensidad y logran atravesar el agua; por lo que
estando en la pileta, en el mar o en el río es aconsejable protegernos de los
rayos UV", dijo Taverna. "El adelgazamiento de la capa de ozono
provoca una reducción significativa de la protección de la atmósfera en la
absorción de estos rayos, incrementando así el riesgo de padecer enfermedades
asociadas a la radiación", completó.
Inflamaciones agudas de la córnea y de la conjuntiva, daños
en la retina (especialmente en la mácula) y a largo plazo el desarrollo de
cataratas, la degeneración macular relacionada con la edad (daño en área de
visión central) y la formación de pterigion (crecimiento anormal de la
conjuntiva) son un ejemplo de los daños oculares que puede ocasionar.
Una nueva regulación en Argentina
Por primera vez en nuestro país, la Administración Nacional
de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) regulará la fabricación
y/o importación de anteojos de sol. Así lo asegura la disposición 562/19
publicada en el Boletín Oficial que afirma que deberán ser registrados ante el
organismo y para ser autorizados tendrán que demostrar que cumplen con el
filtro UV declarado.
Existe un plazo de 180 días para adecuarse a la medida que,
en línea con las que ya rigen en países de Europa, Estados Unidos y Uruguay, entre
otros, viene a poner reglas de juego en un mercado en el que hasta ahora todo
era válido.
En la etiqueta de los anteojos deberán constar datos
vinculados al grado de protección ocular (categoría y filtro UV) y del
responsable del producto (importador o fabricante), con una vía de contacto
(teléfono o mail). La categoría se define por una escala del 0 al 4 y se asocia
al uso que se le vaya a dar.
En Argentina, donde se estima que el 20% de los lentes que
se comercializan son inseguros, se comenzará así a realizar controles
sanitarios para fiscalizar su calidad en pos de la salud ocular de la
población.
Fuente: Infobae