jueves, 23 de octubre de 2014

Medicamentos contra el Sida: denuncian que obras sociales y prepagas buscan no cubrir los tratamientos

Pese a las leyes vigentes, especialistas afirman que muchas entidades utilizan mecanismos para evitar dar cobertura completa a fármacos y estudios, lo que complica la atención de los pacientes. Además, no cubren asistencia psicológica, como indican las normas actuales. “Se anteponen los derechos comerciales al derecho constitucional a la salud”, denuncian.

Si sirvió para algo las polémicas declaraciones de Alex Freyre, que aseguró que si gana en 2015 la oposición no habrá medicamentos para el Sida, es para visibilizar el trabajo de las entidades y los organismos encargados de atender a los pacientes con HIV. Si bien hubo varias aclaraciones respecto al suministro de estos fármacos, también quedó al descubierto algunos aspectos oscuros de la cobertura de los antirretrovirales. Es que algunos especialistas advirtieron que algunas obras sociales y prepagas realizan algunas maniobras fraudulentas para evitar cubrir la entrega de estos productos.

En el país existen leyes que garantizan la cobertura de los fármacos antirretrovirales. Hablamos de la 24.455, que ordena a las obras sociales incluir como “prestación obligatoria” el tratamiento médico, psicológico y farmacológico de las personas que padecen sida, y la 24.754, de Medicina Prepaga, que establece que las empresas o entidades que presten servicios de medicina prepaga deberán cubrir, como mínimo, en sus planes de cobertura las mismas “prestaciones obligatorias” dispuestas por las obras sociales, a los pacientes con VIH. Pero muchas veces esto no se cumple.

“La problemática más recurrente se da cuando las obras sociales o prepagas no autorizan todos los estudios que comportan gratuidad según la ley, o se niegan a la cobertura de la atención psicológica”, dijo Jorge Cueto, responsable del Centro de Referencia de Infección por VIH/Sida de la municipalidad de La Plata. “Hay obras sociales que dan cobertura limitada a cierta cantidad de sesiones y el psicólogo y el paciente deben adecuarse a ese plazo acotado; no se debe dejar de tener en cuenta que es una enfermedad crónica con afectación de por vida”, afirmó.

Además, el profesional explicó que “respecto de los costos de coberturas, las obras sociales responden que el paciente debe pagar y luego gestionar un reintegro, o directamente deniegan la cobertura”. “A veces con una historia clínica detallada del médico le brindan la cobertura completa que indica la ley. Las obras sociales y prepagas se amparan en sus propias reglamentaciones, y en un aval que les daría la Superintendencia de Seguros de la Nación. Esto parece ser cierto, lo que es tenebroso porque antepone los derechos comerciales al derecho constitucional a la salud”, sostuvo Cueto.

La situación incluye a algunas obras sociales estatales, como el IOMA bonaerense. Allí, relató Cueto, “el intermediario es el Colegio de Bioquímicos, que trabaja por cápita; cómo ésta es fija y los costos de insumos aumentan, cortan por lo más fino que es la cobertura a los pacientes. A veces tardan en incorporar nuevos estudios que van apareciendo y son necesarios para evaluar a los pacientes, estos estudios tienen costos no calculados en la cápita y tardan años en ser incorporados”.

Fuente: Mirada Profesional