En esta primera etapa, el proyecto piloto se aplicará en 10
hospitales públicos. El Laboratorio LIF de Santa Fe es el encargado de la
producción de metadona bajo normas de seguridad y calidad internacionales. Ese
fármaco se usa para el alivio del dolor de los pacientes oncológicos y de otras
enfermedades.
A partir de ahora, los pacientes de 10 hospitales públicos
del país comenzarán a recibir de manera gratuita medicamentos para paliar el
dolor provocado por cáncer, fabricados por el Laboratorio Industrial
Farmacéutico (LIF) de Santa Fe. El proyecto piloto que anunciaron hoy
autoridades del Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, forma
parte de una política que busca promover la producción pública de fármacos con
una visión orientada a garantizar el acceso a opioides para el alivio del
dolor.
En esta primera etapa, la metadona se distribuirá en los
hospitales Roque Sáenz Peña, Juan Alberdi, Intendente Gabriel Carrasco y el
hospital de Niños Víctor Vilela de Rosario; los hospitales Tornú, Udaondo,
Instituto Roffo e Instituto Lanari de la Ciudad de Buenos Aires y también en el
hospital nacional Baldomero Sommer, de la provincia de Buenos Aires, ya que son
establecimientos que cuentan con un equipo de cuidados paliativos experimentado
y sólidamente constituido, además de farmacias hospitalarias con condiciones
técnicas y humanas para coordinar el control de dicho fármaco.
"Llevamos muchos años de batallar para garantizar el
acceso a los medicamentos, que para nosotros son un bien social. La principal
preocupación ha sido cómo mejorar el acceso a medicamentos eficaces, seguros,
de una sola calidad, que son requisitos absolutamente indiscutibles", dijo
el viceministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, luego de agradecer el
"esfuerzo diario" de diferentes organismos públicos para poner en
marcha esta iniciativa.
Al subrayar que "hoy está absolutamente
demostrado" que los laboratorios públicos "pueden funcionar muy
bien", destacó que "hay cinco o seis que tienen bien armada su
estructura de costos a precios que les permiten competir con las mayores empresas
del mercado farmacéutico".
"Hablar de plata es hablar de acceso al
medicamento", apuntó Gollan en referencia a que los altos precios de
determinados fármacos "son una de las mayores barreras" para que los
pacientes puedan acceder a la medicación que necesitan".
El producto desarrollado por el LIF –que cubrirá la demanda
existente en los centros asistenciales que forman parte del sistema piloto– fue
financiado por el Ministerio de Salud de la Nación, a través del Programa de
Producción Pública de Medicamentos. Se estima que durante esta etapa inicial,
el laboratorio produzca alrededor de 1 millón de comprimidos de metadona en
dosis de 5 miligramos.
Además de cumplir con todos los estándares de calidad y
seguridad fijados por la Administración Nacional de Medicina y Tecnología
Médica (ANMAT) y las normas de seguridad que la Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) impone en el mundo a este tipo de
medicamentos, la metadona del LIF se incluiría entre los productos trazados por
la ANMAT para hacer un seguimiento transparente desde el origen, pasando por
toda la cadena que recorre el fármaco hasta llegar al paciente.
"Este tipo de iniciativas son las que demuestran un
Estado inteligente que no duplica tareas y que por medio de distintos
organismos articula políticas que básicamente le cambian la vida a la
gente", señaló el subadministrador de la ANMAT, Federico Kaski. Además
puso de relieve la vigencia de un sistema de trazabilidad "que permite
conocer en todo momento la situación de los medicamentos a lo largo de toda la
cadena de distribución, desde que salen del laboratorio hasta que llegan al
paciente" con lo cual se evitan adulteraciones, fraudes y otros ilícitos.
En este sentido, para garantizar aún más la seguridad de
estos fármacos, el proyecto estipuló que cada uno de los hospitales nombre un
responsable del área de cuidados paliativos y otro de farmacia, quienes serán
los encargados de diseñar junto a las autoridades fiscalizadoras, los sistemas
de registro de consumo de opioides, los circuitos de almacenamiento, provisión
y distribución oportuna de la medicación, con el objetivo de que los pacientes
reciban la medicación en forma gratuita, independientemente de si están
internados, se controlan en forma ambulatoria o cursan una internación
domiciliaria.
Otro de los actores indispensables en la construcción de
esta iniciativa fue el Instituto Nacional del Cáncer (INC), que desde su rol
rector en lo que concierne a normas de tratamiento y prácticas médicas en pos
de la calidad de la atención, a través de su Coordinación de Cuidados
Paliativos, elaboró guías de tratamiento y guías sobre interacciones
medicamentosas en pacientes que reciben metadona.
Para cumplir con este fin, el INC diseñó tres guías, una de
tratamiento para el equipo de salud, consensuada con los propios servicios y la
Asociación Argentina en Medicina y Cuidados Paliativos, otra sobre
Interacciones Medicamentosas con el objetivo de reducir el problema potencial
de la metadona relacionado a su tipo metabolización que la hace sensible a
otros medicamentos, y finalmente una guía dirigida a los pacientes oncológicos
avanzados para que ellos mismos la lleven consigo en cada una de las consultas
con otros especialistas y se la muestren a los profesionales a la hora de ser
medicados para otra patología y evitar así cualquier riesgo.
En el mundo hay una gran carencia de opioides para el final
de la vida, pero no por que no haya sino porque hay muchas barreras
relacionadas con las regulaciones, el desconocimiento de los equipos médicos a
la hora de prescribirlos y el prejuicio de la sociedad. Nuestro país dispone de
una gama amplia de opioides, pero encuentra trabas en cuanto a la accesibilidad
de los mismos, relacionadas a los costos, distribución y controles relacionados
con los recetarios. La producción pública de medicamentos para el alivio del
dolor se inscribe dentro de la ampliación de derechos de la sociedad, que
considera que el alivio del dolor es un derecho humano.
A la puesta en marcha de este proyecto piloto en la sede del
INC también asistieron Jorge Zarzur, responsable del Programa de Producción
Pública de Medicamentos de la cartera sanitaria; Graciela Jacob, responsable
del Programa de Cuidados Paliativos del INC; María Cecilia Selis, directora
técnica del LIF; el médico Roberto Wenk, de la Fundación de la Federación
Médica de la Provincia de Buenos Aires, quien durante años impulsó el acceso
gratuito a este tipo de fármacos, y especialistas de los hospitales incluidos
en el proyecto piloto.
Estudio comparativo de farmacovigilancia
Argentina es uno de los países de América Latina que más
receta metadona para cuidados paliativos y tiene una amplia experiencia en este
fármaco. En la actualidad existe metadona comercial y hospitalaria –que es
metadona preparada en forma de jarabe por los farmacéuticos de los hospitales
de acuerdo a las normas que establece la farmacopea vigente– las cuales se
administran bajo supervisión médica a pacientes para el tratamiento del dolor.
A partir de la introducción de la metadona de producción
pública en estos 10 hospitales, a los pacientes que necesiten este tipo de
fármacos y que anteriormente estaban medicados con metadonas comercial u
hospitalaria, se les suministrará la metadona LIF, lo que permitirá en el corto
plazo analizar comparativamente efectividad y efectos adversos respecto de la
que existe en el mercado, generando un estudio inédito de farmacovigilancia
activa comparada.
A futuro y luego del análisis de los resultados de este
piloto, la intención es que todos los pacientes oncológicos atendidos en
hospitales públicos de nuestro país, al igual que lo que ocurre con los
medicamentos oncológicos, reciban gratuitamente la medicación para tratar el
dolor y otros síntomas habituales en pacientes con enfermedad avanzada, a
partir del vademécum paliativo de medicamentos esenciales que promueve el INC.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación