El “Monitoreo de las discapacidades en la TV”, basado en la
observación de los cinco canales de aire, revela que el 64,8 por ciento de los
contenidos muestra las discapacidades de manera espectacular y paternalista. El
informe relevó una semana de programación.
En la novela Esa mujer (Canal 7) el malvado Georgi se entera
de que no podrá caminar. En la cama del hospital comenta “Me lo merezco. Hice
cosas muy malas”. En La Patrona (Canal 9), otro malvado, Lagarto Chacón, “es
castigado” con una discapacidad como producto de sus crueldades. Desde la cama
del hospital escucha el reproche: “¿Qué esperabas? ¿Caricias? Quien a hierro
mata, a hierro muere. Justicia divina”. La ficción televisiva, especialmente la
telenovela, es uno de los formatos de la TV donde la discapacidad se hace más
visible. Sin embargo, lejos de incorporar nuevas miradas sobre las
discapacidades, reproduce un modelo anticuado, conocido como “de
prescindencia”, según el cual la discapacidad es un castigo divino, aparece
asociada a la culpa, a la tragedia “y las personas con discapacidad son
representadas como objeto de pena y compasión, dependientes y sin autonomía.
Para ellas/ellos no hay final feliz si no son rehabilitadas/os”. Este es uno de
los hallazgos de la segunda parte del “Monitoreo de las discapacidades en la
TV” realizado por el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV,
coordinado por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual
(Afsca), con el asesoramiento del Instituto contra la Xenofobia y el Racismo
(Inadi) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM).
La primera parte se presentó en octubre y ya había
adelantado que el 64,8 por ciento de los contenidos de la TV argentina
representa las discapacidades de manera espectacular y paternalista, “asumiendo
posturas desde una mirada compasiva, caritativa, o le imprime una gran carga
emotiva”, y que las mujeres con discapacidad son aún más invisibilizadas y peor
tratadas. Esta segunda parte de la entrega abarca la totalidad de los formatos
televisivos en los que se identificó la presencia del tema de la discapacidad:
publicidad, programas infantiles, programas de deportes, ficción, magazines,
noticieros y periodísticos, realities shows, talk shows y programas de
entretenimiento.
La visualización de los programas que forman parte de este
estudio se llevó a cabo entre el 10 de marzo y el 11 de abril de este año. Se
observó una semana completa, de lunes a viernes, los cinco canales de aire
(América TV, TV Pública, Canal 9, Telefe y El 13), con su programación completa
entre las 8 y las 24, lo que dio un total de 400 horas visualizadas de
programas de ficción, noticieros, avances de programas y publicidades, entre
otros géneros. En esas horas, aparecieron mensajes o contenidos sobre discapacidad
en 176 oportunidades. “Pensamos este trabajo como diagnóstico y sobre todo como
vehículo de recomendaciones para un tratamiento inclusivo de la temática que
llegue a los canales de TV. Asimismo, la Afsca se ocupa de ver cómo se cumple
el tema de accesibilidad”, comenta Myriam Pelazas, coordinadora del
Observatorio de la Radio y la TV por Afsca.
Telenovelas
De esas 176 oportunidades, el 14 por ciento se dieron en
programas de ficción, no sin problemas de enfoque. “En la mayoría de los casos
analizados, las y los personajes están al cuidado de otras personas. Son
empujados/as en sus sillas, atendidos/as en sus camas como enfermos/as. No son
autónomos/as ni se integran a las actividades de trabajo, permaneciendo en un
compás de espera hasta el momento de ser rehabilitados/as, situación a la que
se aspira, no pudiendo lograrse la felicidad sin ella”, dice el informe.
También cuestionan la falta de representación de vidas cotidianas de las
personas con discapacidad, ya que siempre se las ve en hospitales, en camas o
encerradas en sus casas.
Llama la atención de las autoras del monitoreo que la
discapacidad nunca es planteada como una situación a ser vivida, ya que hay una
“recurrente vinculación de la discapacidad como tragedia a ser superada, no
pudiendo aparecer aún como parte de una situación de vida permanente en la que
se realizan las mismas actividades que los/as demás”.
En el monitoreo se valora el tratamiento de la ficción
Embarcados a Europa, ya que un personaje con discapacidad intelectual, Remo, es
respetado por su hermano Rómulo.
Noticieros y periodismo de espectáculos
En estos programas es donde más hubo contenidos de
discapacidad (29 por ciento del total). Así y todo, se cuestiona que las
discapacidades prácticamente no aparecen en la agenda. Cuando lo hacen, pocas
veces se lo hace de forma adecuada: “En la mayoría de los casos las
discapacidades se presentan en forma estigmatizada, además de que no se observa
una participación protagónica de las PCD” (personas con discapacidad), dice el
informe. Se habla, por ejemplo, de “minusválidos”, “lisiados”, “paralítica”,
términos que no se corresponden con un enfoque de derechos.
“Lejos de concientizar e informar a las audiencias y
personas involucradas, las noticias en general son presentadas de una manera
que busca movilizar emocionalmente a partir de la espectacularización y cierto
grado de sensacionalismo”, concluye el monitoreo.
Infantiles
Llama la atención en la investigación que, a pesar de que en
Argentina el 7,1 por ciento de la población son niños/as y adolescentes con
discapacidad, en los programas infantiles no participan niños o niñas con
discapacidad. Por otro lado, “sólo el 8,5 por ciento del total de los registros
que representaron a personas con discapacidad o tematizaron la discapacidad
pertenecieron a programas infantiles. Este pequeño porcentaje se repartió entre
un 53,3 por ciento de Canal 13 en la emisión de El Zorro y un 46,7 por ciento
de Canal 7 en las emisiones de Paka Paka”, informan. En el caso del clásico
infantil El Zorro, por ejemplo, el trabajo valora la inclusión de Bernardo, un
personaje con discapacidad auditiva incluido en la trama con protagonismo. Sin
embargo, “más allá de estar integrado en la sociedad, muchas veces se coloca en
un lugar bufonesco”. “Visto desde la actualidad podríamos cuestionarnos sobre
la emisión televisiva de productos que, por haber sido realizados en otro
contexto histórico, reproducen y retroalimentan ideas estigmatizantes y
violentas que atravesaban las sociedades en ese contexto”, plantea el
monitoreo.
Entretenimiento, talk shows, realities
“Las personas con discapacidad en este tipo de programa
suman al sensacionalismo y, mientras que en otros programas es poco común
verlas frente a las cámaras, cuando aparece en este formato, su discapacidad es
hipervisibilizada con el objeto de aumentar el drama”, explican. Se registró la
temática dentro de este formato en un 3 por ciento de la muestra. Entre las
características vinculadas con el tratamiento otorgado a la temática, se
destacan: la beneficencia, caridad, morbo, sensacionalismo, hiperemotividad.
Además, presentan el acceso a derechos como dádivas, donaciones o aportes
solidarios.
También se analizaron programas deportivos y publicidades,
donde no hubo grandes diferencias con los otros formatos. En general, explica
Pelazas, “cuando pensamos en estas cuestiones, lo primero que vemos es que
están poco visibilizadas en las pantallas, pero luego también observamos que en
espacios como la ficción o la publicidad, cuando se las toma, en general se lo
hace bajo modelos antiguos, que no consideran la autonomía de las personas con
discapacidad y que casi siempre refuerzan una representación sobre la “falta”.
Además, esa infantilización que suele hacerse sobre este grupo social se ve en
otros géneros como los magazines, los programas de espectáculo y los realities.
También el tema se trata con sensacionalismo y perdura la tendencia a “la
historia de vida”, en la cual se muestra la adversidad a la que un individuo
particular se sobrepuso más que las capacidades y las luchas que estas personas
libran en una sociedad que sigue poniéndoles muchas barreras a pesar de la
legislación que cada vez da mayor cuenta de sus derechos”. Entre las
excepciones, Pelazas menciona la columna de la periodista Verónica González en
el noticiero de Canal 7.
Por todo esto, algunas de las recomendaciones del
Observatorio son “evitar enfoques de condescendencia o humillantes y centrarse
más bien en las barreras a las que se enfrentan estas personas y a la positiva
contribución que ellas pueden hacer una vez que se eliminen estas barreras” y
enfatizar “el valor de la palabra a la hora de referirse a las personas con
discapacidad y dar nombre a las barreras que obstaculizan el ejercicio pleno de
derechos por parte de este colectivo históricamente vulnerado” (ver aparte).
Como en todo proceso de cambio cultural, los medios de comunicación tienen
mucho que aportar. Por eso el Observatorio invita a reflexionar sobre las
prácticas mediáticas y a cuestionar viejos paradigmas.
Fuente: Página 12