Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se
celebra este jueves, ha actualizado su informe dedicado en esta ocasión a la
salud mental y personas mayores. Así, advierte de que el 20 por ciento de los
adultos mayores de 60 año sufren de un trastorno mental o neurológico, siendo
los más comunes dentro de los trastornos neuropsiquiátricos en este grupo de
edad la demencia y la depresión.
Por otra parte, los trastornos de ansiedad afectan a 3,8 por
ciento de la población de edad avanzada, los problemas de consumo de sustancias
afectan a casi el 1 por ciento y alrededor de una cuarta parte de las muertes
por autolesión se encuentran entre los mayores de 60 o superior.
Los factores que provocan un aumento de estos problemas en
las personas mayores, destacan -"además de los acontecimientos estresantes
típicos comunes a todas las personas"-, que "muchos adultos mayores
pierden su capacidad para vivir de forma independiente debido a limitaciones
físicas, el dolor crónico, debilidad u otros problemas mentales o físicos, y
requieren algún tipo de atención a largo plazo".
Además, añade, "las personas mayores son más propensas
a experimentar eventos como el duelo, una caída en el nivel socioeconómico con
la jubilación o la discapacidad. Todos estos factores pueden resultar en el
aislamiento, la pérdida de la independencia, la soledad y la angustia
psicológica en personas mayores"; a esto hay que añadir que "son
vulnerables al abandono físico y el maltrato", lo que puede provocar
problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad.
Ante esta situación, la OMS afirma que es
"esencial" el reconocimiento precoz y el tratamiento de los trastornos
mentales, neurológicos y de fondo en los adultos mayores, por tanto recomienda
las intervenciones psicosociales y el uso de fármacos disponibles.
En el caso de la demencia, donde no existen medicamentos
disponibles, la OMS la reconoce como "una prioridad de salud
pública", y recuerda que "se puede hacer mucho para apoyar y mejorar
la vida de las personas con demencia y sus cuidadores y familias". Así,
además del diagnóstico precoz, recomienda optimizar la salud física y psicológica,
incluyendo la identificación y el tratamiento, que acompaña la enfermedad
física, aumentar la actividad física y cognitiva y la optimización de su
bienestar.
Asimismo, demanda por el bien de la población afectada por
algún trastorno mental, "un entorno legislativo adecuado y de apoyo sobre
la base de las normas internacionalmente aceptadas de derechos humanos para
garantizar la más alta calidad de los servicios a las personas con enfermedades
mentales y sus cuidadores".
A nivel comunitario de Atención Primaria, afirma que es
"crucial" para la salud mental de las personas mayores centrarse en
la atención a largo plazo de los adultos mayores que sufren de trastornos
mentales, así como para proporcionar a los cuidadores con la educación,
capacitación y apoyo.
Fuente: Que.es