Entre el 1 al 30 de enero de 2015, se reportaron 102 casos
de la enfermedad y la mayoría de ellos están vinculados a visitas al parque
Disney en California.
El brote de sarampión mantiene en alerta a las autoridades
estadounidenses, ya que se extiende por el país, al tiempo que reaviva el
debate, tanto político como médico, sobre la obligatoriedad de vacunar a los
menores de edad.
"Los niños en mayor riesgo de contraer la enfermedad
son aquellos que no están vacunados y, por eso, recomendamos que sean
vacunados", dijo a EFE Paul Gastanaduy, epidemiólogo de los Centros de
Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
De acuerdo con datos de los CDC, pese a de que la mayoría de
los programas de vacunación financiados por el gobierno federal reportan tasas
de vacunación altas entre los más pequeños, 26 estados y el Distrito de
Columbia no registraron la meta de cobertura de dos dosis en un 95 por ciento.
El experto señaló que la falta de vacunación constituye una
"barrera" que puede provocar brotes como el que afecta actualmente a
varios estados. Agregó que el temor a los efectos que pueda tener la vacuna en
los menores, que en algún momento se especuló podía tener alguna relación con el
autismo, son infundados.
Gastanaduy apuntó a que otras de las razones por las que los
padres deciden no vacunar es por el temor a introducir algo que no es natural
en el organismo de sus hijos o por el hecho de que se administren varias
vacunas al mismo tiempo.
"La vacuna es efectiva, segura -algo que ya se ha
comprobado repetidamente- y puede prevenir una enfermedad potencialmente
seria", dijo.
Todos los estados brindan el derecho a los padres a rehusar
administrar la vacuna por razones médicas y muchos han ampliado esta exención a
razones religiosas o personales, una medida muy cuestionada por algunos después
del presente brote.
El estado de California, en el que resurgió la enfermedad y
donde un 3,1 por ciento de los menores en edad preescolar no tenían la vacuna
entre 2013-2014, ha sido el primero en iniciar el debate sobre la
obligatoriedad, luego de que hoy dos de sus legisladores estatales anunciaran
que introducirán una medida para revocar la ley que permite optar a los padres
no vacunar a sus hijos sin que exista una razón médica.
Entre tanto, los CDC trabajan contra reloj en coordinación
con Departamentos de Salud en los estados afectados para contener el brote de
sarampión y evitar que más personas se contagien.
"Siempre que hay un brote, los CDC trabajan de forma
rápida en conjunto con autoridades sanitarias locales para mantener la
cobertura de vacunación alta y buscar y vacunar a cualquier persona que haya
sido expuesta", indicó el funcionario.
De acuerdo con datos de los CDC, el sarampión es una
enfermedad viral altamente contagiosa que se puede contraer con solo que una
persona infectada hable, tosa o estornude cerca de alguien más.
La erupción cutánea es uno de los primeros síntomas de la
enfermedad, que además suele provocar dolor muscular, de garganta, tos y
fiebre, entre otros. En algunos casos, especialmente entre menores de 5 años y
adultos mayores de 20, se pueden presentar complicaciones leves que deben
tratarse a tiempo, como infecciones en el oído o diarrea, y en algunos casos pueden
surgir complicaciones graves, como neumonía y encefalitis.
En 2014, se reportaron 644 casos confirmados de sarampión al
Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias (NCIRD) de los
CDC, lo que representa la mayor cantidad de casos registrados desde 2000,
cuando se empezó a documentar en Estados Unidos.
Los CDC recomiendan administrar la primera dosis entre los
12 y 15 meses y la segunda dosis entre los 4 y 6 años para proteger a los
menores contra el sarampión, vacuna que además inmuniza contra la rubeola y las
paperas. "La mayoría de los casos de sarampión que siempre hemos visto en
Estados Unidos, antes de este brote se debe a personas que han viajado al
exterior, pero no que se han contagiado aquí", señaló.
Fuente: Infobae