Apenas uno de cada tres bebes recibe leche materna de manera
exclusiva en los seis primeros meses de vida; así lo revela un informe de la
OMS y de Unicef.
Tan sólo 23 países cumplen con la meta de que por lo menos
el 60% de los bebes reciban leche materna como único alimento en los seis
primeros meses. Y la Argentina no aparece en esa lista, de acuerdo con una evaluación
de un grupo de ONG dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y
Unicef.
En nuestro país, apenas un 33% de las madres amamanta a su
bebe en los seis primeros meses de vida, comparado con el 53% que empieza a
alimentarlo dentro de la primera hora de vida. Ya en el primer año, la práctica
repunta al 43% y cae al 29% en el segundo año de vida de los chicos.
"La lactancia les da a los bebes el mejor comienzo de
vida posible. La leche materna actúa como la primera vacuna que reciben, ya que
los protege de enfermedades potencialmente fatales y les proporciona todos los
nutrientes que necesitan para subsistir y crecer", describió Tedros
Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El informe internacional que difunde hoy el Colectivo Global
por la Lactancia revisó siete prioridades en los 194 Estados miembros de ambos
organismos de las Naciones Unidas. Los resultados aparecen en una planilla de
metas agrupadas en tres categorías: entorno amigable, informes de gestión y
prácticas.
En estas últimas, se evaluaron cuatro prioridades que
deberían promoverse con políticas de salud pública por sus beneficios para la
salud materna e infantil. Son los porcentajes de bebes amamantados en la
primera hora de vida, los que reciben leche materna exclusivamente en los seis
primeros meses y los que continúan con la lactancia combinada con otros
alimentos al año y a los dos años.
Según los resultados, sólo el 12% de los países logran que,
cada año, el 60% o más de los recién nacidos accedan a la lactancia exclusiva.
La mayoría que alcanzó esa meta son Estados africanos y asiáticos. De América
latina, sólo Perú (68%) y Bolivia (64%).
Hace tres años, los gobiernos se comprometieron en la
Asamblea Mundial de la Salud a lograr el 50% de cobertura con lactancia
exclusiva para 2025. El colectivo de ONG se propone mejorar ese objetivo para
2030, junto con otras prioridades: prolongar la licencia por maternidad a 4,5
meses; aumentar la cantidad de partos en maternidades amigas de la madre y el
niño; regular el marketing de las fórmulas infantiles o sucedáneos de la leche
materna (nuestro país cumple parcialmente), y mejorar el monitoreo de la
lactancia materna exclusiva (el último informe es de 2012).
"Las tasas de lactancia en América latina son más bajas
que el promedio mundial y la de la Argentina es aún más baja que el promedio de
su región", indicó a LA NACION el epidemiólogo Laurence Grummer-Strawn,
del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS.
Grummer-Strawn participó de la conferencia de prensa en la
que se presentaron estos resultados. Lo hizo junto con France Begin, consejera
senior de nutrición infantil de Unicef; Lucy Sullivan, directora ejecutiva de
1000 Días, una ONG del Colectivo Global por la Lactancia; Aisha Muhammadu
Buhari, primera dama de Nigeria, y Nila Moeloek, ministro de Salud de
Indonesia.
"Muy pocos hospitales latinoamericanos adhieren a los
10 Pasos para una Lactancia Materna Eficaz, un conjunto de prácticas para
promover la lactancia en el hospital (sólo el 3,5% de los bebes argentinos
nacen en hospitales que adhieren a esos estándares) -agregó el especialista-.
Además, excepto en unos pocos países, la legislación que restringe el marketing
de los sucedáneos de la leche materna (fórmulas) es muy débil en América
latina."
Al respecto, específicamente sobre nuestro país,
Grummer-Strawn explicó que la OMS no pudo obtener una copia de la norma vigente
para revisar "en detalle el contenido para identificar los puntos que
falta regular" de acuerdo con el Código Internacional de Comercialización
de los Sucedáneos de la Leche Materna.
Treinta y nueve países cumplen con ese código. "Nos
preocupa mucho que la promoción de la fórmula infantil y otros sustitutos de la
leche materna convenzan a las mujeres de no amamantar y debiliten su confianza
en la capacidad que tienen de hacerlo -indicó Grummer-Strawn-. Además, crea en
la sociedad la noción de que la lactancia materna no es importante y, por lo
tanto, la población piensa que protegerla (por ejemplo, con mejores leyes,
profesionales especializados o formación del personal de la salud) no vale la pena."
Además, consideró que el presupuesto de los gobiernos para
informar a las madres y a la población general "es diminuto con respecto
al presupuesto de las empresas de fórmula para la publicidad. El Código de la
OMS es una política internacional para frenar esa promoción", dijo el
especialista.
En tanto, Sullivan explicó que por cada dólar que un país
invierte en promover la lactancia materna recupera 35 en costos asociados con
la salud, la educación y el trabajo.
Fuente: La Nación