Preocupación por hackers rusos que actúan en redes sociales
para cuestionar las inmunizaciones.
Investigadores de
Estados Unidos que estudiaban cómo se pueden utilizar las redes sociales para mejorar la salud pública han descubierto un enemigo frente al que no estaban
inmunizados: trolls rusos y bots de Twitter que propagan informaciones falsas y
fomentan la división de opiniones sobre las vacunas.
Los investigadores han localizado el origen de una parte de
estos mensajes en la Agencia de Investigación de Internet, la compañía rusa
apoyada por el Gobierno de Moscú acusada de interferir en las elecciones del
2016 en las que Donald Trump fue elegido presidente. Según los resultados
presentados esta semana en la revista médica American Journal of Public Health,
la táctica empleada fue la misma en el caso de las vacunas y en la campaña
electoral: fomentar la polarización de opiniones y la división social. Esta
actuación “legitima el debate de las vacunas [y] erosiona el consenso público
sobre ellas”, escriben los investigadores.
“La gran mayoría de los ciudadanos americanos cree que las
vacunas son seguras y efectivas, pero en Twitter uno tiene la impresión de que
hay mucho debate”, declara David Broniatowski, primer autor de la
investigación, de la Universidad George Washington. “Muchos tuits antivacunas
proceden de cuentas de procedencia incierta. Nuestros resultados sugieren que
una parte significativa del discurso sobre vacunas en redes sociales puede ser
generado por actores maliciosos con agendas ocultas”.
La investigación, financiada por los Institutos Nacionales
de la Salud de EE.UU., se inició con el objetivo de analizar cómo las redes
sociales pueden ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones sobre su salud.
“Queríamos entender el origen de la discrepancia entre el amplio consenso sobre
las vacunas que se registra en las encuestas y el debate existente en las redes
sociales”, explica Broniatowski por correo electrónico.
Los investigadores han analizado más de 1,7 millones de
tuits relacionados con vacunas publicados en Estados Unidos desde julio del
2014 hasta septiembre del 2017. Esto les ha permitido identificar dos tipos de
emisores que tuitean sobre vacunas con más frecuencia que la media de los ciudadanos.
Por un lado, están los bots –programas informáticos creados
para realizar tareas repetitivas de manera automática– diseñados para emitir
tuits sobre vacunas. Dentro de los bots, los investigadores destacan los
contaminadores de contenido, que consisten en cuentas que distribuyen malware
(o software maligno), anuncios no deseados y otros materiales disruptivos. “Los
contaminadores de contenido parecen utilizar los mensajes antivacunas como
anzuelo para que los usuarios cliquen en anuncios y links a webs malignas.
Irónicamente, los contenidos que favorecen la exposición a virus biológicos
también favorecen la exposición a virus informáticos”, declara en un comunicado
Sandra C. Quinn, coautora de la investigación, de la Universidad de Maryland.
Por otro lado, están los trolls –programas directamente
controlados por personas que publican mensajes con el objetivo de distorsionar
el debate–, que actúan de manera más sofisticada. Gran parte de estos trolls
han podido ser rastreados hasta la compañía rusa Agencia de Investigación de
Internet después de que Twitter facilitara al Congreso de EE.UU. una lista de
trolls que pudieron interferir en las elecciones presidenciales del 2016.
Twitter eliminó en febrero 3.800 cuentas vinculadas a dicha compañía.
Los investigadores han observado que los trols rusos
tuitearon sobre vacunas 22 veces más a menudo que la media de los usuarios de
Twitter. Concretamente, uno de cada 550 tuits de trolls rusos hablaba de
vacunas, mientras que la media para el resto de los usuarios humanos es de uno
cada 12.000.
La Agencia de Investigación de Internet, con sede en San
Petersburgo, llegó incluso a crear la etiqueta #VaccinateUS para vehicular el
debate. Pero lo que más ha sorprendido a los investigadores es que, mientras
los bots propagan sobre todo mensajes antivacunas, los trolls rusos difunden a
partes iguales mensajes a favor y en contra de la vacunación.
“Los trolls rusos fomentan el desacuerdo. Las cuentas que se
presentan como usuarios legítimos erosionan el consenso social sobre las
vacunas”, concluyen los investigadores en el American Journal of Public
Health. “Esto es coherente con la estrategia de fomentar el desacuerdo en
cuestiones controvertidas, una conocida táctica que emplean cuentas de trolls
rusos”.
“Su objetivo es dividir los dos bandos para que estén en
contra del centro”, ha declarado a la CNN Patrick Warren, economista de la
Universidad de Clemson en Carolina del Sur (EE.UU.), que no ha participado en
la investigación.
Aunque el trabajo se ha limitado a Twitter y a EE.UU., el
debate sobre la eficacia y la seguridad de las vacunas ha aflorado en los
últimos años también en otras redes sociales y otros países. En Europa, el caso
más destacado es el de Italia, donde la ministra de Sanidad, Giulia Grillo,
está en contra de la vacunación sistemática de los niños y donde el
vicepresidente Matteo Salvini azuza polémicas que dividen la sociedad.
“Será necesario hacer más investigación para determinar la
mejor manera de combatir los contenidos de bots y trolls”, concluyen los
autores del trabajo, quienes sugieren que “los profesionales de la salud
pública deberían centrarse en combatir las informaciones maliciosas o falsas y
enfatizar que una parte significativa de los mensajes antivacunas están
dirigidos”.
Fuente: Clarín