El ACV, la enfermedad coronaria y el cáncer ocupan el
ranking de las enfermedades más estudiadas para aplicar los adelantos de la
robótica y la big data.
Las nuevas tecnologías están cada vez más insertas en
nuestra vida. Y la salud no escapa a ello. Según un estudio publicado este año
por el Journal of Clinical Medicine, en los últimos cuatro años se triplicó la
investigación sobre inteligencia artificial aplicada a la salud y en
comparación con el periodo 1997-2007 es siete veces mayor.
El trabajo relevó la investigación existente sobre dicha
temática en el periodo 1977-2018. Los especialistas aseguran que el punto de
inflexión estuvo determinado por el descubrimiento de la función de un gen de
levadura por parte del robot llamado Adam el 22 de junio de 2007.
Este hecho determinó que las máquinas también pudieran
realizar descubrimientos y empezó, entonces, un crecimiento exponencial de la
investigación en dicho campo. En el ranking de las patologías más estudiadas
para aplicar estos adelantos se encuentran: los ataques cerebrovasculares
(ACV), las enfermedades cardíacas y el cáncer.
La próxima semana, expertos de las universidades y centros
de salud más prestigiosos del mundo se reunirán en el Hotel Alvear Palace en el
marco de la vigésimo octava edición del SIMI, un congreso sobre la Semana del
Intervencionismo Mínimamente Invasivo reconocido en su trayectoria que reúne a
más de 1.000 asistentes de diversos países y que sigue las tendencias
internacionales.
Allí se compartirán las experiencias relacionadas con los
robots endovasculares, la big data y la neurocardiología, la simulación virtual
preoperatoria en neurocirugía, la aplicación de la inteligencia artificial en
el tratamiento del ACV, la utilidad del análisis computacional en oncología
intervencionista, los adelantos de los networking y las redes de telestroke,
entre otros.
Los especialistas aseguran que la inteligencia artificial
tiene un potencial múltiple y está en constante expansión para ayudar a la toma
de decisiones clínicas y, en especial, en el manejo del ACV y enfermedades
cardíacas.
"Hoy, ya es posible, por ejemplo, con el machine
learning –tecnología derivada de la inteligencia artificial donde la máquina de
manera autónoma aprende de sus errores– predecir futuros eventos como la
presencia de placas coronarias de alto riesgo, seleccionar pacientes para
realizar tratamientos endovasculares reduciendo el riesgo de sangrado, o
estimar la extensión de la secuela luego de un ACV", explica el doctor
Pedro Lylyk, presidente del Congreso SIMI 2019.
En la Argentina y en el mundo ya hay centros de salud que
incorporaron la robótica en las técnicas quirúrgicas. Con ellas, aseguran los
especialistas, se logra mayor precisión y mejor destreza, neutralización de los
temblores de las manos, mejora la visualización mediante reconstrucciones
tridimensionales y el cirujano obtiene un mejor control de todos los
instrumentos quirúrgicos.
"Si bien la robotización quirúrgica también posibilita
la asistencia de un cirujano a distancia, es decir, operar a kilómetros de
distancia, eso no implica que el trabajo del humano es reemplazado por la
máquina; al contrario, lo refuerza. La inteligencia artificial no responde por
sí misma sino por la experiencia del ser humano desarrollada a lo largo de la
historia y sigue los pasos dados por él. Si el humano desarrolla un
procedimiento incorrecto durante muchos años y la inteligencia artificial lo
toma como parte del conocimiento, entonces la inteligencia artificial también
se equivocaría, por lo que no disminuiría el error de análisis sino la rapidez
de análisis", fundamenta el doctor Lylyk.
"Pero a medida que la tecnología robótica se traslade
al campo de la salud, los beneficios generados impactarán profundamente en
diferentes áreas, como es el caso, por ejemplo, de las neuro-prótesis, la
rehabilitación psicofísica robótica, o las herramientas robóticas para
diferentes tipos de cirugía", concluye el presidente del SIMI.
Fuente: Infobae