La salud es una realidad que siempre ha preocupado al ser humano pero su percepción se ha ido resignificando a lo largo del tiempo, como resultado de una construcción que ha incorporado distintos componentes históricos, sociales, culturales, filosóficos, económicos, políticos y normativos.
Muchos avances pueden verificarse en materia de Derecho de la Salud y de protección del paciente, sin olvidar los vestigios de un modelo médico hegemónico donde predomina la matriz biológica respecto del resto de los elementos que constituyen el complejo sanitario, y así ha quedado plasmado en épocas de pandemia, cuando se intenta reducir el enfoque a cuestiones orgánicas, relegando el resto de los componentes del proceso de salud enfermedad. En este sentido vale interrogarse acerca de cómo pueden los sectores más vulnerables aislarse o lavarse las manos si viven en condiciones de hacinamiento y sin acceso a un elemento crítico como el agua. La gente que ha perdido su empleo no tiene órganos enfermos, pero su salud mental comienza a afectarse.
La mirada interdisciplinar fue un primer paso para ampliar el foco en el tema y entender que la salud no es un problema exclusivo de la profesión médica o de las políticas públicas sanitarias sino que adquiere dimensión social e interdisciplinar como el propio concepto de salud, amplio, complejo, dinámico, casi inabarcable, con la capacidad de equilibrar nuestra calidad de vida y colaborar en la realización de proyectos autónomos, individuales y colectivos.
Asistimos en las últimas décadas, tanto en Argentina como en la región, al nacimiento y crecimiento de movimientos sociales que se han transformado en legítimos canales de participación ciudadana, expresiones que se han caracterizado por su capacidad para profundizar prácticas democratizadoras en el sector salud, toda vez que han llevado la voz de las necesidades e intereses de actores comunitarios a los diferentes ámbitos de decisión de políticas públicas y legislativas. Se trató, sin dudas, de un avance enriquecedor en materia de derechos, pero no suficiente.
En el mismo sentido, los avances normativos han puesto el eje en la persona como centro de protección legal y el Derecho de la Salud forma parte del entramado de derechos humanos, como garantía jurídica protectoria universal. Argentina ha hecho importantes avances en materia de reconocimiento de derechos, pero los resultados alcanzados aún resultan insuficientes si se evalúa su efectividad en concreto. Se dicta una norma que garantiza determinada cobertura en salud pero no se efectúa ningún monitoreo de implementación ni de cumplimiento. Tampoco existe una participación real de los verdaderos actores del campo sanitario que son los ciudadanos.
Es por ello que comenzamos hace algún tiempo a acuñar un nuevo modelo de participación ciudadana en el ámbito de la salud, que exige un cambio en la matriz del paciente para convertirse en ciudadano sanitario. Este concepto hace referencia a un individuo activo, partícipe, responsable y gestor de su salud en un nuevo modo de entender el vínculo con el sistema sanitario que, atravesado ahora por las tecnologías y aplicadas correctamente, pueden aportar mejoras en los resultados, la calidad y la seguridad individual y colectiva, pero también pública en la planificación de las políticas con la intervención de la comunidad. Imaginen ustedes información confiable y veraz de salud a través de aplicaciones que recuerden a la persona que así lo necesite que tome la medicación para una enfermedad crónica, que informe de las ofertas de alimentos disponibles y adecuadas a su patología en los centros de abastecimiento cercanos a su domicilio, que se transforme en un centro de consultas telemédicas en tiempo real, todo ello al alcance de un clic.
No podemos soslayar que se requiere además del compromiso de una gobernanza estatal robusta, que impida potenciar las vulnerabilidades de otros derechos, como conseguir empleo, créditos o seguros por el hecho de atravesar una enfermedad o tener la posibilidad de padecerla y genere una selectividad adversa por la ausencia de protección de los datos personales en salud (1).
Este equilibrado balance entre riesgos y beneficios, debe tener a los principios éticos como norte en todas estas enormes transformaciones sociales y culturales que ya están entre nosotros.
Tengamos presente también el cambio demográfico que estamos viviendo como consecuencia del envejecimiento poblacional, dado el aumento de la esperanza de vida a través de la innovación y el desarrollo de fármacos que permitieron transformar en crónicas enfermedades antes mortales. Debe constituirse también un motor de cambio en el rol del paciente y la sustentabilidad de los sistemas de salud, donde la formación, la información adecuada y el autocuidado conformen una nueva clave de ciudadanía sanitaria.
Conocemos mucho más que las generaciones que nos precedieron por eso se trata de un cambio copernicano en un nuevo modelo de práctica en salud.
La consideración del ciudadano sanitario, gestor, responsable y facilitador de su propio cuidado, tomando intervención en una organización colectiva que aporte al sistema sanitario en torno a las normas y políticas del sector, aparece como una opción de participación efectiva para ocupar un lugar activo en las decisiones, iniciativas y monitoreo de acciones en salud.
Todo ello promovió la elaboración de un programa de formación bajo el título De Pacientes a Ciudadanos Sanitarios, con la participación de expertos de toda la región, que brinde la posibilidad de reescribir de manera colectiva una nueva carta de derechos y obligaciones del ciudadano sanitario con el objetivo de favorecer una mayor equidad y acceso a prácticas seguras y de calidad, el desarrollo de intervenciones efectivas a partir del conocimiento de dónde y cómo se obtiene la evidencia científica, cuáles son los nuevos derechos en relación al sistema de salud y cómo incorporar al ciudadano en el proceso de sanción de leyes de salud y políticas públicas sanitarias (2).
Los invitamos a aplicar a las becas disponibles en: observatorioderechoysalud@derecho.uba.ar
Dra. Marisa Aizenberg
Directora Académica del Observatorio de Salud de la Facultad de Derecho UBA
(1) http://observatoriodelasalud.blogspot.com/2019/07/recomendaciones-para-el-uso-de-datos-en.html
Fuente: RP News