Funciona en Constitución y ya tiene centros médicos; aspira
a darles cobertura a dos millones de personas.
Con su sede principal en Constitución y otros tres centros
médicos propios y un volumen de medio millón de afiliados, nace la "obra
social piquetera". La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular
(CTEP), que lidera Emilio Pérsico, tendrá su propia obra social, que podrá
convertirse, en poco tiempo, en la más grande del país.
La nueva estructura estará orientada a brindar cobertura
médica a trabajadores precarios -cooperativistas, vendedores ambulantes y
recicladores, entre otros-, con el objetivo de aglutinar a un universo de dos
millones de personas.
El acuerdo existe. En la Superintendencia de Salud,
conducida por Luis Scervino, ya le pusieron plazo a la resolución: no demorará
más allá de marzo del año próximo.
"No se les va a regalar nada. Tendrán la obra social
porque tienen un estatus jurídico que lo permite. Si no, ni siquiera podría
recibirlo a Pérsico", dijo a LA NACION Scervino. La definición dará
respuesta a un reclamo que se llevó a la superintendencia a comienzos de este
año.
La CTEP, cuya expresión mayoritaria es el Movimiento Evita,
es la única organización social que cuenta con personería jurídica. El 9 de
diciembre de 2015, minutos antes de que el kirchnerismo dejara el poder, Carlos
Tomada les otorgó ese reconocimiento, aval a partir del cual insistieron en
tener su obra social, "como cualquier sindicato".
La Obra Social de Trabajadores de la Economía Popular
(Ostep) no se construirá desde cero. El esqueleto sobre el que se montará es
Senderos, la mutual que hace cuatro años fundó la CTEP, que cuenta con cerca
40.000 afiliados. Su sede está en Constitución, en el edificio donde funciona
la organización, y cuenta con tres centros médicos distribuidos en la Capital y
el Buenos Aires. En el interior tiene 20 centros de atención primaria y hasta
ambulancias. Sin embargo, buena parte de los servicios que presta Senderos se
resuelven a través de convenios con clínicas privadas.
"Viene funcionando casi como una obra social. Distintas
obras sociales nos aportan afiliados con el pedido de derivación de aporte de
afiliados, además de quienes llegan por fuera y se inscriben acá
directamente", explicó Pérsico.
Senderos pasaría a percibir reintegros del fondo de
distribución de Salud por servicios que hoy no recibe. Obtenido el
reconocimiento legal, la Ostep pasaría a ser la opción natural para gran parte
de los 450.000 monotributistas sociales que hoy reciben asistencia de obras
sociales sindicales. Un derecho a partir del aporte mensual de la mitad de la
cuota -$ 209- que abonan los monotributistas, mientras Desarrollo Social cubre
el otro 50%.
La cantidad de afiliados podría ampliarse. ¿Cuál es el
anhelo de Pérsico? Aglutinar bajo la Ostep a los dos millones de personas que
según estimaciones de las organizaciones conforman el mundo de la
"economía popular". El proyecto de emergencia social acordado con el
Gobierno será de ayuda: en uno de sus puntos, contempla la creación de un
"registro de trabajadores de la economía popular".
Hoy, la obra social sindical más grande de la Argentina es
Osecac, de empleados de comercio, con 2.100.000 beneficiarios, de los cuales
400.000 son monotributistas.
Desde el comienzo de las tratativas, los gremios ven con
"buenos ojos" la creación de la Ostep. "En parte, les terminamos
haciendo un favor. Ellos no tienen ningún interés en dar atención a nuestros
compañeros en sus obras sociales, tratan de no darte salud porque pagás poco",
se sinceró un referente piquetero ante la consulta de LA NACION.
Comercio y Uocra (construcción), son dos de los sindicatos
que se beneficiarían con la nueva estructura, dado que reúnen entre los
beneficiarios de sus obras sociales a la mayor parte de los monotributistas
sociales. "Va a ser un proceso lento de incorporación, aunque por supuesto
que tendríamos que ampliar nuestras instalaciones", admitió el líder de la
CTEP. "Hace cuatro años que comenzamos a construir la obra social, y lo
hicimos sobre la base de los aportes de los afiliados", agregó, y aclaró
que "no se necesitará un peso más del Estado" para funcionar.
Desde el punto de vista legal, entre las organizaciones que
conforman el triunvirato piquetero -CTEP, Barrios de Pie y la CCC-, sólo la
primera estaría habilitada para manejar la obra social. Pero las tres
organizaciones -a las que se sumaría el Frente Darío Santillán- trabajan en un
plan de administración conjunta de la Ostep.
La obra social formó parte de la mesa de negociación que desembocó
en el acuerdo del proyecto por la emergencia social. En la Casa Rosada, el
otorgamiento de la obra social es leído como otro gesto de distensión para
garantizar la "paz social" y tender puentes al sector que mueve el
40% de la economía.
Para la CTEP, significará el acceso a una caja todavía
incalculable y a la posibilidad de tener entre sus filas a un batallón de
trabajadores de la "economía popular".
Fuente: La Nación