Un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA determinó
el grado de vulnerabilidad que sufren los mayores de 60 años por inseguridad
alimentaria. Radiografía de un segmento social amenazado por el hambre. El 11,2% de las personas de más de 60, tienen carencias alimentarias.
El 37,8 por ciento de las personas mayores de 60 años padece
insuficiencia de ingresos. Además, el 11,2 por ciento atraviesa por una
situación de inseguridad alimentaria. Así surge de un estudio realizado por el
Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica
Argentina, sobre Los problemas económicos de las personas mayores y las
diferentes dimensiones de su condición de vulnerabilidad. “El Observatorio
evalúa el porcentaje de los hogares donde al menos uno de sus miembros en los
últimos doce meses debió reducir la porción de alimentos y/o experimentó hambre
por problemas económicos; así, al investigar la inseguridad alimentaria en la
población aludida, hemos comprobado que una de cada diez personas mayores ha
pasado por experiencias que indican insuficiencia o riesgo alimentario”,
sentencia en su presentación el estudio.
Los resultados
obtenidos surgen de los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, con
base en la recolección de información entre 2010 y 2016 en los principales
conglomerados urbanos del país, según detalla el documento aludido.
Más mujeres
Estos porcentajes no
son muy diferentes a los que resultan de medir la insuficiencia de ingresos o
la inseguridad alimentaria para el total de la población adulta (18 años o
más), destaca el estudio. Sin embargo, la característica diferencial es que el
porcentaje de mujeres con problemas de inseguridad alimentaria es
sustancialmente superior entre la población mayor. El 65,3 por ciento de las
personas de 60 años o más que sufre inseguridad alimentaria son mujeres, “lo
cual revela que el grupo de mujeres es el más afectado por esta carencia”.
Otro dato relevante:
casi el 80 por ciento de las personas mayores que padecen inseguridad
alimentaria están en la franja etaria de 60 a 74 años. Tan sólo el 20,5 por
ciento tienen edad más alta. Vale resaltar que la distribución de la población
en general de los adultos mayores es mucho más pareja que esa relación, lo cual
indica que la inseguridad alimentaria tiende a concentrarse entre los mayores
menores de 75 años.
Composición del hogar
Con respecto a la
composición del hogar de las personas mayores con carencias alimentarias, el
Observatorio Social de la UCA señala que el 52 por ciento convive con
generaciones más jóvenes, mientras que en el 30 por ciento de los casos se
trata de personas que viven solas. “Esta distribución pone en evidencia que
quienes viven en exclusividad con otras personas mayores tienen menos riesgos
de padecer inseguridad alimentaria que sus pares pertenecientes a hogares
multigeneracionales y unipersonales”, destaca el trabajo.
Conurbano bonaerense
Otro dato llamativo es la distribución territorial de esa
población mayor con padecimientos alimentarios:
- En el conurbano bonaerense vive el 45 por ciento de la población mayor de 60 años del país. Sin embargo, del universo de mayores de 60 con problemas alimentarios, el 65,7 por ciento reside en dicho conurbano.
- En el Ciudad de Buenos Aires vive el 20,4 por ciento de todos los mayores de 60 años del país, pero tan sólo el 4 por ciento de los mayores con inseguridad alimentaria.
Vivir en la villa
En otro capítulo del estudio, el Observatorio Social que
dirige Agustín Salvia consideró la relación entre la inseguridad alimentaria y
la posición que ocupan las familias en la estructura social. De dicho análisis
surge lo siguiente:
- Del total de la población de más de 60 años, el 4,1 por ciento vive en villas y asentamientos. Pero del total de mayores de 60 con problemas de inseguridad alimentaria, el 9,8 por ciento vive en villas y asentamientos. Es decir que la proporción más que duplica la tasa general, lo que marca la estrecha relación entre la condición residencial y su acceso a una alimentación adecuada.
- Tomando una consideración más general que el tipo de residencia, como puede ser la condición habitacional, se observa que el 44,4 por ciento del total de mayores de 60 años vive en unidades de vivienda que presentan algún grado de déficit habitacional. Pero entre la población de mayores con inseguridad alimentaria, dicha proporción de condiciones habitacionales deficitarias se eleva al 76 por ciento.
Estrato social
Con respecto al
estrato socioeconómico al que pretende la población de personas mayores, el Observatorio
Social señala que el 39 por ciento del total pertenece al estrato “muy bajo”.
En tanto que entre la población mayor con problemas alimentarios, la porción
que pertenece al estrato “muy bajo” es del 79 por ciento. Otra vez, la
correlación entre condiciones precarias de vida y carencias alimenticias es muy
alta. De todo modos, hay que llamar la atención sobre el dato de que, del total
de la población mayor de 60 años, la que se encuentra en los estratos “bajo” o
“muy bajo” llegue al 63,4 por ciento (24,4 y 39,0), y si se le suma el estrato
“medio bajo” (18,6) se llega, entre los tres escalones más bajos, al 82 por
ciento de toda la población mayor del país.
Nivel de instrucción
Una última
correlación es la que vincula el nivel de instrucción recibido por la persona
mayor y su condición alimentaria. En la población general, el 62,4 por ciento
de los mayores tiene instrucción sólo hasta secundario incompleto. Entre la
población mayor con inseguridad alimentaria, el 89 por ciento pertenece al rango
de instrucción media incompleta.
Fuente: Página 12