jueves, 16 de julio de 2020

Ensayos clínicos: cuáles son sus fases y su importancia para la población

Las vacunas que se utilizan a diario pasaron por distintas etapas de validación. En la Argentina, en breve, se probará una contra el coronavirus.


Los laboratorios que desarrollan posibles vacunas contra el COVID-19 expanden sus ensayos clínicos a otros países. En estos días, las compañías farmacéuticas Pfizer Inc. y BioNTech S.E. anunciaron su interés por realizar en la Argentina una de las fases de prueba más avanzadas con personas. Pero, ¿qué significa?

El desarrollo de un nuevo medicamento o de una nueva vacuna implica pasar por una serie de fases o etapas de investigación y experimentación.

"La primera es la parte in vitro, en laboratorio, imprescindible para cualquier nuevo desarrollo. Luego, se pasa a la parte preclínica, que es la experimentación en animales. Una vez finalizadas las anteriores, se salta a las etapas clínicas del desarrollo", detalla a Con Bienestar el doctor Waldo Belloso (M.N. 76.245), especialista en infectología y en farmacología clínica.

Esta última etapa, -la del desarrollo clínico de un medicamento o vacuna- está compuesta por cuatro fases.

En los estudios de fase 1, de primer uso en seres humanos, el nuevo producto se empieza a utilizar en voluntarios. "En términos generales, los test se hacen sobre un número reducido de voluntarios sanos porque las fases 1 y 2 están orientadas a evaluar principalmente la seguridad y no tanto la eficacia", señala el farmacólogo.

Si las pruebas resultan exitosas, sin signos alarmantes que detengan el desarrollo, se pasa a la fase 2. En ella, los análisis se realizan sobre la población que tiene la condición que se quiere tratar o prevenir. El número de pacientes también es reducido.

"La fase 3 es la cuantitativa y cualitativamente más importante del desarrollo de la investigación clínica", asegura el especialista. En ella, se analiza la eficacia y se experimenta sobre sujetos que tienen la enfermedad.

"Se hace siempre comparativo contra otra estrategia. Si la enfermedad tiene un tratamiento estándar, el comparador tiene que ser ése. Si no lo tiene, como es el caso del COVID-19, se compara contra placebo", describe Belloso.

Por último, viene la fase 4. "Consta de los estudios de experimentación o de investigación de la etapa post comercialización, cuando el medicamento o la vacuna fueron aprobados y se sigue buscando más información, sobre todo de seguridad", resalta. Y agrega: "Eso incluye el aspecto de la farmacovigilancia".

Avance de fases

Normalmente, en momentos habituales de desarrollo, se tiene que completar de manera estricta cada fase para pasar a la siguiente. Hay que completar los datos de seguridad de cada etapa. Pero hay excepciones.

"Por ejemplo, en enfermedades muy raras, muy graves o en situaciones como la que estamos viviendo ahora de pandemia, en donde las autoridades regulatorias y los comités de ética autorizan que se hagan etapas consolidadas, como ser un estudio fase 1/2 o 2/3", señala el doctor.

Y eso es lo que sucede hoy en día. Las pruebas que se llevarán a cabo en la Argentina corresponden a la Fase 2b/3 de la vacuna candidata con tecnología "ARN mensajero", que actualmente está en fase 1/2, y que espera la aprobación regulatoria de la ANMAT. 


Belloso indica que estos procedimientos tienen "sus ventajas y sus riesgos" y que depende del tipo de producto. "Si todos los datos preliminares de un medicamento -que puede tener un mecanismo de acción similar al de otros en el mercado- o de una vacuna -que tiene un principio parecido al de otra ya comercializada- son muy seguros, se tienen en consideración para autorizar o no la consolidación de fases de la investigación", asegura.

Cantidad de pacientes

El número difiere para el caso de medicamentos y de vacunas. Para los fármacos, la fase 1 se hace sobre algunas decenas de personas, por lo general, voluntarios sanos. La fase 2 se hace en centenas de personas, alrededor de 100 o 200. Y la fase 3, depende el tipo de producto, en miles de personas. Un aproximado de dos mil, tres mil, cinco mil o más.

En el caso de las vacunas, se utiliza más cantidad de gente porque son "preventivas y se busca tener información sobre su impacto en uso comunitario". En fase 1, se utilizan cientos; en fase 2, miles; y en fase 3 se incorporan decenas de miles de personas.

Participación de voluntarios

"Muchas veces se vulgariza mucho la participación de personas en estudios de investigación clínica cuando la realidad es que son fundamentales", indica Belloso. Y el motivo es simple: cualquier medicamento y vacuna que se utiliza hoy en día es posible porque previamente hubo personas que contribuyeron como voluntarios para el desarrollo de esos productos.

Quienes participan son voluntarios que pueden entender el propósito del estudio y deseen ser parte -por su cuenta- para colaborar. A veces, indica el especialista, sumarse puede traer aparejada alguna ventaja, como poder acceder al producto nuevo antes que el resto de la comunidad, o puede no traer ningún beneficio concreto y ser un gesto altruista. Siempre tienen que dar su consentimiento informado.

Fuente: TN